Un cultivo histórico, muy vinculado con la agricultura de las zonas del litoral por muchos años. Ese es el girasol, que por algunos inconvenientes comerciales, pero fundamentalmente sanitarios, desapareció de nuestro país hace unos 20 años. Con el transcurrir del tiempo, comenzó a volver en las campañas pasadas y para este 2024 se perfila con optimismo.
Bernardo Tisnés, técnico comercial de Nuseed, señala que este año podría presentarse una oportunidad única para el girasol. Con los precios poco atractivos de otros cultivos, como la soja y el maíz, sumado a los problemas que ha tenido este último con plagas como la chicharrita, muchos productores están reconsiderando sus opciones. "La soja no está para nada bien, su precio ha subido un poco, pero sigue sin ser tentador. Y en cuanto al maíz, la gente tiene mucho respeto por los problemas de plagas del año pasado, por lo que el área destinada a maíz se va a reducir", comenta Tisnés.
Esto deja la interrogante sobre hacia dónde migrará el área que deje el maíz o la soja. En el este, podría participar el arroz. En algunos otros lugares el sorgo también podría tener su espacio, pero en este contexto, el girasol podría ser una opción para muchos productores. "Este año el plan de Cousa es interesante. La fórmula que utilizan para calcular el precio del girasol está basada en el aceite y la harina de girasol de la Cámara de Rosario, lo que hoy lo vuelve atractivo", detalla Tisnés.
Además, las proyecciones climáticas parecen favorecer al cultivo. La previsión de un año Niña, que suele ser sinónimo de sequías, no es un dato menor. Cuando la soja sufrió rendimientos nulos, el girasol, siendo que se trata de un cultivo más rústico, mostró resistencia, logrando rendimientos de entre 500 y 700 kilos por hectárea en situaciones adversas.
Uno de los avances más importantes en los últimos años ha sido la mejora genética de los híbridos de girasol, lo que permite enfrentar problemas como la phomopsis. "Hoy los híbridos están especialmente seleccionados para resistir la phomopsis, y además presentan innovaciones para evadir el ataque de palomas, que es otra de las grandes problemáticas del girasol", explica Tisnés. Estos dos aspectos fueron grandes detractores del cultivo años atrás, llevándolo a desaparecer incluso en algunas zafras.
A su vez, la mayoría de los híbridos trabajados en el país y por Nuseed tienen un gran potencial de rendimiento y han sido seleccionados por su alto contenido de aceite, una característica que les brinda una bonificación adicional. "El contenido base es de 42% de materia grasa, y por cada punto adicional se bonifica un 2%. Haciendo cuentas, con un contenido de aceite normal, estaríamos hablando de un precio de US$ 471 por tonelada de girasol", agrega el técnico de Nuseed.
A pesar de la incertidumbre, Tisnés destaca que el girasol ofrece un balance interesante entre costos y rendimiento esperado. "Estamos hablando de un costo aproximado de entre US$ 400 y US$ 450 por hectárea y un rendimiento esperado de 1.800 kilos, con la posibilidad de alcanzar hasta los 2.800 kilos o más", puntualiza.
Con un precio estimado en US$ 471 por tonelada y varios puntos de entrega posibles, como Montevideo, Palmitas, San José o Puntas de Valdez, el girasol se perfila como una opción interesante en el panorama agrícola uruguayo, en un cultivo que podría volver a alcanzar las 8.000 o 10.000 hectáreas.