El moderno establecimiento estará al servicio de más de 27 mil productores hortofrutícolas, y garantizará que los productos vegetales estén libres de plagas y puedan ser comercializados en el mercado nacional e internacional.

SENASA detalló que esta inversión es parte del programa nacional de protección cuarentenaria de 969,162 hectáreas para zonas frutícolas donde se está trabajando para erradicar la plaga de moscas de la fruta (ceratitis capitata y anastrepha spp) en Cusco.

“Estamos muy felices de estar aquí para inaugurar estas instalaciones del SENASA, porque el Perú no se detiene y está avanzando en muchos aspectos. Estamos viviendo momentos de diversificación y se está abriendo un portafolio grande de productos para el mercado nacional e internacional, y para eso son estas nuevas instalaciones que harán que la oferta de los productores tengan mejores mercados”, precisó el ministro.

La operatividad de este nuevo local del SENASA también potenciará el sector frutícola de La Convención y Yanatile con un total de 42,290 hectáreas, logrando que las naranjas, mandarinas, papayas y otros productos puedan llegar a importantes mercados del mundo.

“Tenemos que abrir más mercados, buscar mejores precios para el productor en campo (...) Este es el inicio de una intervención más fuerte en toda la región, porque Cusco tiene muchas potencialidades. Nos vamos a integrar gobierno distrital, provincial y nacional en beneficio de los pequeños productores”, dijo el ministro.

La construcción de la infraestructura demandó una inversión de S/ 7’618,395.00, que tuvo el financiamiento del Estado y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Tiene un área de 2,270 m2 y albergará a diversos profesionales, entre ingenieros agrónomos, biólogos, técnicos agropecuarios, auxiliares y personal administrativo.

De la mano de las acciones en campo, el SENASA viene gestionando el acceso de cítricos peruanos de esta parte del país al mercado chileno y brasileño, así como la granadilla, el aguaymanto y la pitahaya, que podrían constituirse en una oportunidad de negocio para los pequeños productores, siempre y cuando procedan de áreas que se encuentren bajo control de la plaga de mosca de la fruta.