"En esta 9° versión de Agrotrade tratamos de explicar la historia de la genética y su evolución en el tiempo. Hasta el año 80 prácticamente no se viajaba al extranjero, en consecuencia nadie estaba mirando la genética o las variedades que había en el extranjero.
Sin embargo, a partir de esa década el país se abrió, llegó el mercado libre, comenzaron los productores y exportadores chilenos a viajar en forma tremendamente agresiva a los países del hemisferio norte, básicamente a California para la uva de mesa, a Washington State para la manzana y, en el caso de la manzana, también en Europa, a Italia y Francia, para ver cuáles eran las variedades más atractivas", dijo.
"Luego comenzaron a llegar muchas variedades para ir renovando la producción y desde entonces comenzaron a nacer los viveros, porque había que producir plantas de variedades que no existían, con patrones y calidad de plantas que tampoco habían. Entonces, tal como explicó Antonio Walker, efectivamente el desarrollo en Chile de los viveros ha sido impactante. El nivel de competitividad, el nivel de calidad y costo que tienen por planta, es absolutamente competitivo con los mejores viveros de Estados Unidos".
"La asociación está orgullosa por la manera como se administran los viveros, y todo lo que han avanzado en 25 años”, agregó.
Estas experiencias se compartieron en el marco del panel de conversación Reflexiones en torno a la evolución del desarrollo viverístico y oferta genética en los últimos 25 años en Chile y el Mundo, en el que también participó el presidente de la SNA, Antonio Walker.
Este panel, moderado por el gerente del Consorcio Biofrutales, Rodrigo Cruzat, abordó una de las temáticas más relevantes para la agricultura moderna, como son la evolución en la producción de viveros y la oferta genética disponible.
En este espacio, los panelistas conversaron sobre los cambios tecnológicos y biotecnológicos que han marcado el desarrollo de los viveros, haciendo hincapié en cómo la demanda de plantas ha ido creciendo y diversificándose, exigiendo soluciones innovadoras y más eficientes. Desde la selección de especies hasta la mejora genética, el desarrollo viverístico ha transitado desde modelos más artesanales hacia esquemas altamente especializados y tecnificados.
En los últimos 25 años, la evolución del material genético ha permitido no solo adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes, sino también satisfacer las exigencias del mercado, cada vez más orientado hacia la eficiencia y la calidad.
Durante la conversación, se destacó el rol crucial de la investigación y la colaboración público-privada en este proceso, así como la importancia de generar políticas que fomenten el desarrollo continuo de viveros más competitivos y sustentables.
El panel finalizó con un llamado a seguir avanzando en la implementación de nuevas tecnologías que permitan afrontar los desafíos futuros en la producción de plantas y la oferta genética, tanto en Chile como en el mundo.