La medida permitirá que la fruta llegue en mejores condiciones al país de destino. En base a la gran noticia, Frutas de Chile realizó un webinar, donde no sólo se informó a la industria sobre los detalles del protocolo, sino que también entregó recomendaciones a los productores chilenos, para llegar con éxito al mercado azteca.
Jaime Álvarez, profesional del subdepartamento de certificación fitosanitaria del SAG y coordinador para las exportaciones al mercado de México, fue el encargado de la presentación, quien indicó que el plan piloto contempla la uva de mesa de las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso.
“Nosotros ya realizamos una primera prueba con el plan piloto con fruta de la región de Coquimbo, con envíos entre enero a marzo, el cual fue muy exitoso”, detalló.
Sin embargo, explicó que no pudieron evaluar la situación de todos los predios que están ubicados dentro de áreas reglamentadas por Lobesia Botrana, “por eso se acordó ampliar este piloto a las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, para revisar las medidas sanitarias que establecemos para todos los huertos que estén ubicados dentro de áreas reglamentadas”.
Añadió que la duración del plan piloto va desde noviembre hasta mayo. "La idea es abarcar prácticamente toda la temporada de exportaciones”, dijo.
Huertos
A nivel de huerto, Álvarez comentó que los productores que quieran exportar uva de mesa a México y se encuentren en las regiones señaladas anteriormente, deben presentar el registro de sitios de producción de la fruta, los cuales podrán ser registrados en el sistema de registro de productores de exportación.
Añadió que el sitio de producción deberá estar bien delimitado, y “tendrán que tener un cartel con el código del sitio de inspección para identificar el cuartel que participarán en este proyecto”.
En ese sentido, explicó que la inscripción del predio genera un código. "Lo relevante es que este sistema de registro agrícola con la información del huerto debe estar en concordancia”.
Manejo fitosanitario
El profesional del subdepartamento de certificación fitosanitaria del SAG se refirió al manejo fitosanitario, el cual es obligatorio en los huertos de uva de mesa para el control de las plagas cuarentenarias.
Explicó que la declaración de aplicaciones por parte del productor, debe contener la información relacionada con el responsable técnico que genera la validación y la definición de qué productos sanitarios han aplicado y el documento tiene que estar firmado por el responsable técnico.
En esa línea, enfatizó que es muy relevante tener claro que el manejo fitosanitario es parte fundamental del piloto, para dar las garantías de seguridad que a futuro no se van a detectar plagas vivas.
El plan Piloto contempla que, posteriormente, se realice el análisis de la fruta en un laboratorio autorizado por el SAG, quienes deben recolectar 100 racimos en la etapa de muestreo, para luego ser trasladados al laboratorio autorizado. “El muestreo se debe realizar entre 1 y 15 días previo a la cosecha y se va a realizar una técnica de revisión en seco y posteriormente un lavado por arrastre”, puntualizó.
Luego, se toman 300 racimos de 150 plantas distribuidas aleatoriamente, actividad que se deberá realizar entre 1 y 15 días previo a la cosecha. "En caso de la detección de cualquier estado de desarrollo de la plaga, ya sea vivo o muerto, el huerto quedará excluido para poder exportar a México”.
Packing
Los packing deben estar inscritos, “esto desde el punto de vista de trazabilidad es muy relevante, ya que todas las empacadoras deben ser registradas en el sistema de registro agrícola y deben poseer su código, el cual va a ser un rotulado en los envases de exportación”, dijo Álvarez.
Resaltó la importancia que desde el huerto hasta el packing, las bandejas o las cajas cosecheras deben ir identificadas con una etiqueta que señale el código. “La idea es mantener la trazabilidad desde el huerto hacia las empacadoras”.
Indicó que a nivel de infraestructura de huerto, no existe ningún requerimiento especial, pero sí “necesitamos que se realice el manejo de limpieza y selección de los racimos previo a su embalaje”.
Explicó que, para el caso de México, van a exigir que al menos contenga el rotulado la especie y variedad que corresponde, además de la fecha de embalaje, los códigos asociados tanto de packing y del sitio de inspección.
Al respecto, recomendó que toda la información se debe colocar en una sola etiqueta y los envases deben ser de primer uso. “En el caso de que se vaya a embalar con bolsa, se deben utilizar bolsas con perforación".
Inspección
La presentación también abarcó la inspección. Al respecto, Álvarez señaló que se realizará en los establecimientos que están adscritos al SAG, la cual se realizará en forma conjunta entre el SAG y la OBO a todos los lotes que utilicen esta modalidad.
Durante el procedimiento se va a verificar el rotulado de los envases que contengan el etiquetado antes mencionado, “porque esto nos va a permitir discriminar aquellos sitios de producción que no estarían aptos para exportar a México”.
Indicó que se hace una revisión documental de la información, así como física a nivel de etiquetado, “por lo tanto, los lotes tienen que tener un distanciamiento entre palets, que permita hacer una verificación correcta del rotulado”.
Explicó que en el caso de haber diferencias entre lo que está registrado en el sistema y lo indicado en el rotulado, se permitirá utilizar una tabla de homologación, la cual tiene que ser presentada con anticipación a la inspección fitosanitaria, para que no exista ningún inconveniente de rechazo u objeción.
Dijo que “en el caso de ser huertos ubicados dentro del área reglamentada, realizaremos una obtención de muestra un 2% del total de envases y cada tres cajas muestreadas se va a obtener un racimo, el cual va a ser revisado por una lupa estereoscópica”.
Agregó que en el caso de que no se detecten plagas cuarentenarias, el lote quedara aprobado para su exportación, quedando a disponibilidad de la contraparte y del establecimiento.
Cada palet aprobado tendrá que adherirse a un certificado de inspección y un timbre. "Esta información es muy relevante, porque en los puntos de ingreso en México se verifica esta información”, comentó a los asistentes del Webinar.
Explicó que en el caso de no contar con el certificado fitosanitario, cabe la posibilidad que se genere alguna controversia o dificultad desde el punto de vita de permitir el ingreso de la fruta, "porque los inspectores de frontera de México son muy detallistas en la verificación de esta información”.
En el caso que un lote sea rechazado, señaló que podrá ser fumigado con bromuro de metilo y ser exportado, pero el huerto quedará excluido para su exportación a México por el resto de la temporada.
Añadió que a nivel de inspección en México, la Dirección General de Inspección Fitosanitaria realizará una verificación al 100% de los contenidos de uva de mesa que lleguen al país y harán una verificación del rotulado.
En ese sentido, recomendó utilizar materiales de etiquetado con mejor adherencia, porque por las condiciones de la exportación de los palets producto del frío y el movimiento de los contenedores, las etiquetas se podrían desprender. “Por ejemplo cada envase que no contenga su etiqueta, es una controversia con México” dijo Álvarez.
Asimismo, presentó que en el caso de no tener detección de plagas cuarentenarias, el envío quedará liberado para su importación. “En el caso de encontrar ejemplares vivos, el envío será rechazado y habrá una evaluación de la continuidad del plan de trabajo”.
Otro aspecto para que la industria tenga en cuenta, es que México no posee disponibilidad de cámaras, que estén autorizadas para realizar el tratamiento con bromuro de metilo, “por lo tanto, será una situación que tendremos que evaluar en su momento, si llegara a presentarse esta situación”, dijo.
Acciones
El profesional del SAG explicó que están elaborando un documento asociado a toda la responsabilidad del plan piloto, el cual está siendo consensuado en este momento entre el SAG y Senasica. "Esperamos tenerlo listo en octubre para ser distribuido” expresó.
Finalmente, recomendó a los productores desde ya empezar con el manejo fitosanitario en base a, principalmente, plaguicida vinculado a las plagas cuarentenarias, “para que podamos avanzar en un buen enfoque de sistema con todas las medidas que requerimos, para la seguridad fitosanitaria de los huertos que van a exporta uva de mesa”.