Las podas suelen marcar el inicio de una campaña, y este año han sido tardías. En Perú se ha empezado lento, en general, aunque, desde ProArándanos, ya han anunciado que habría un incremento del volumen.
Agroindustrial Beta cuenta con más de 5500 hectáreas en el norte y sur del país destinadas al cultivo de espárrago, uva, arándano, granada, palta, mandarina, mango y cereza. El subgerente agrícola de la corporación, Eduardo Flores, precisa que las tres operaciones de arándano que trabajan suman 960 hectáreas.
“Nosotros en Beta, aquí en el norte, en arándano, hemos tenido un retraso aproximadamente de dos semanas y media. Lo que pasa es que cuando terminamos la temporada 2023-2024, comenzamos a cerrar campos de cosecha a fines de enero y nuestra poda empezó la primera semana de febrero. Dentro de la coyuntura, yo diría que fue bastante temprano, teniendo en cuenta que hubo empresas que cosecharon incluso hasta marzo y abril porque no habían alcanzado los volúmenes que tenían proyectados; además los precios estaban buenos”, dice Flores.
El subgerente agrícola de Beta, señala que el año pasado el arándano rompió un récord de facturación en los últimos cinco años. A las empresas que trabajan con arándanos no les alcanzaba los meses del año para cumplir con los kilos proyectados, así que muchas tomaron la decisión de extender la cosecha hasta febrero y marzo, e incluso abril.
“Normalmente, aquí en el norte, en Beta empezamos a podar los campos el 15 de enero. Como esta vez nos salimos de los tiempos, empezamos a cosechar la tercera semana de julio y felizmente no hemos tenido ningún problema. Tuvimos menos volumen que el año pasado en esas épocas, pero ahora que estamos en la semana 38, estamos ascendiendo a nuestro pico; incluso tenemos campos con picos de producción cerca a los 1500 kg por hectárea al día. El año pasado, en esta semana estábamos en los 800 o 900 kilos por hectárea. Somos conscientes de que estamos en un desfase de dos semanas y media, pero ya estamos muy cerca de alcanzar los volúmenes acostumbrados en Beta”, advierte.
Diversificación debida
Eduardo Flores dice que 2023 no es un buen año para hacer comparativos. Sí lo es 2022, un año que fue súper bueno, no solamente para Beta, sino para todas las agroexportadoras de arándanos. Pero, ¿cómo vienen los precios esta campaña 2024-2025? Responde: “Los precios están súper interesantes. Desde hace cuatro o cinco semanas, se mantienen sobre los $8 dólares el kilo, a veces 10, en el mercado americano y europeo. Indudablemente el que rompe toda la estructura es Asia, estamos hablando de precios de $12 o $14 dólares, dependiendo de la calidad de la fruta. Los fundos en el norte que estamos con alto volumen, lógicamente queremos tener mucho más porque la rentabilidad para la empresa va a ser mucho mayor, ahorita hay poco arándano. Septiembre todavía sigue siendo bajo a nivel Perú y todos esperan que en octubre esto como que ya reviente y todo el mundo comience a salir; es ahí donde indudablemente los precios van a caer”.
En Ica, al sur, Beta cuenta con 350 hectáreas de arándano y, a diferencia del norte, Ica tuvo un muy buen año a nivel de producción. “Creo que por ahí radica un poco el éxito de la empresa, en el hecho de tener la balanza bastante equilibrada; en los últimos años, hemos visto que los cambios climáticos o afectan al sur o afectan al norte, nunca afectan a los dos. Eso es sumamente interesante. Lo que ha hecho la gerencia y el directorio es conseguir un equilibrio entre los campos de producción en el norte y en el sur”.
Eduardo Flores hace un comparativo y dice que, en Beta, el 2022, en el norte obtuvieron alrededor de 16 o 17 millones de kilos; el año pasado, alrededor de 13 millones. “Y este año apuntamos a los 20 millones de kilos. Si el clima nos deja trabajar, va a ser un récord de producción de arándanos para Perú el 2024; el norte ha tambaleado un poco por un déficit hídrico, desde hace cuatro semanas; yo creo que en las próximas cuatro semanas vamos a poder saber cuánto fue el impacto. Pero si las plantas se portan bien y han podido soportar esa reducción hídrica, sino es un récord estaremos cerca a conseguirlo; creo que podría ser un 20% o 30% más que el 2022”.