Cuando aún no cierran las heridas abiertas tras la decisión de YPF de construir una gran planta de GNL en Río Negro, y no en Bahía Blanca, como inicialmente estaba previsto, el puerto local parece dispuesto a recuperarse rápidamente de aquel duro e inmerecido golpe.

Y en ese marco, la estación portuaria local apunta a quedarse con otras iniciativas de peso aunque obviamente estas no llegarán jamás a la dimensión de ese megaproyecto exportador de gas que ahora tambalea por la muy probable retirada del gigante malayo Petronas..

Por ejemplo, esta semana se conoció la decisión de Pampa Energía de iniciar evaluaciones técnicas con miras a construir una planta de fertilizantes en la zona de Ingeniero White.
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En diálogo con La Nueva., Marcelo Mindlin, fundador y titular de la compañía, dijo que las evaluaciones durarán un año y precisó que Bahía Blanca compite con Santa Fe, el otro sitio en evaluación, como posible lugar de emplazamiento.

De todas maneras, el empresario no dejó de destacar las bondades del área portuaria e industrial bahiense para quedarse con la iniciativa.

Hasta el momento, se sabe que la idea es construir una planta similar, incluso de mayor capacidad, que la que Profertil posee en la ciudad, y que sería emplazada en mismos terrnos que YPF – Petronas habían reservado junto a la central termoeléctrica Piedra Buena, unidad generadora que forma parte de Pampa Energía.

Para los más memoriosos, se trata del mismo predio donde la minera brasileña Vale comenzó a construir un gran proyecto exportador de potasio, el cual fue paralizado y abandonado en 2013.

Ahora bien, la pregunta resulta más que obvia: ¿por qué Bahía Blanca tiene mayores chances que Santa Fe de quedarse con este proyecto cuando desde el punto de vista de los costos logísticos sería a todas luces más conveniente producir en un punto cercano a la Zona Núcleo agrícola, y distribuir desde allí el fertilizante, que hacerlo en Bahía Blanca y luego llevarlo por barco hasta la hidrovía del río Paraná?

En primer lugar, hay que señalar que el proyecto de Pampa Energía no deja de ver como muy posible que Profertil termine concretando su siempre postergada segunda planta en la ciudad (junto a la actual), con su producción dirigida al mercado interno.

Por eso la compañía de Mindlin apunta a lograr un volumen importante de exportación, entre 2 millones y 2,5 millones de toneladas de urea granulada, es decir, cerca de la capacidad actual de Profertil (1.320.000 toneladas anuales) y una eventual segunda planta.

En este sentido, las ventajas logísticas para exportar de la estación marítima bahiense frente a Santa Fe, sobre todo en lo que a previsibilidad y calado se refiere, son indiscutibles.
Por otro lado, se destaca la fortaleza local en cuanto a disponibilidad de gas, un insumo básico en este tipo de industria.

En tal sentido, el gasoducto de alimentación ya lo tienen disponible, ya que se utilizaría el mismo ducto que abastece a la central termoeléctrica, cuya vida útil se encuentra cerca de agotarse.

En cambio, llegar con gas suficiente a Santa Fe y tenerlo disponible todo el año resulta más complejo, mientras que en Bahía Blanca apenas habría que efectuar una extensión de 100 metros para abastecer a la nueva planta.

Otro factor importante que posee Bahía Blanca es el recurso humano necesario para llevar adelante una industria de este tipo, ya que si bien la construcción demandaría unos 2.000 trabajadores, luego habrá 200 / 300 personas, entre técnicos y profesionales especializados, que se encargarán de la operación.

De acuerdo con la poca información disponible, la futura planta de urea demandaría unas 60 hectáreas sobre 80 disponibles en ese sector costero, y la inversión sería superior a los 1.200 millones de dólares.

Ampliación de TGS

Pero como admitió el mismo Mindlin, Transportadora de Gas del Sur (TGS), subsidiaria de Pampa Energía, también evalúa la concreción de un importante proyecto: la ampliación de su complejo ubicado en General Cerri, donde se realiza la producción de líquidos del gas natural (etano, propano, butano y gasolina natural), los cuales son utilizados como combustible y materia prima para la industria, tanto en el mercado interno como en el de exportación.

Tanto en el caso de la planta de fertilizantes como en la iniciativa de TGS, el puerto de Bahía Blanca sería la puerta de salida para la producción, generada a partir de la mayor disponibilidad de gas existente gracias al desarrollo de Vaca Muerta.

¿Y Profertil?

Otro de los interrogantes que quedó flotando tras el anuncio de Mindlin es qué sucederá con Profertil y su proyectada segunda planta de urea en Bahía Blanca.

Como se ha venido informando, la empresa hace mucho que tiene el proyecto definido pero YPF no ha podido convencer a su socio canadiense Nutrien.

Cabe recordar que los estudios, ya finalizados, se iniciaron en 2018 y a tal punto pareció que se avanzaba que Guillermo Nielsen, ex presidente de YPF, en noviembre de 2020 anunciaba la iniciación de las obras, apuntando a producir un total de 2,7 millones de toneladas de urea al año.

El objetivo, según dijo, era abastecer, mayoritariamente, el mercado regional, específicamente a Brasil, un mercado que demanda, anualmente, una producción de entre 4 y 5 Profertil por año”.

Sin embargo, transcurrió el tiempo y no hubo avance alguno por la negativa de Nutrien a realizar la inversión necesaria.

La situación motivó alguna que otra rispidez entre los socios (YPF y Nutrien) a tal punto que en una nota con este diario, Pablo González, el presidente de la petrolera nacional durante la anterior administración, reconocía dos años atrás la existencia de discusiones con la empresa canadiense e incluso no descartó que YPF pudiese encarar sola la inversión necesaria.

Ahora resta saber si la ciudad se encamina a lograr un nuevo proyecto industrial o, por el contrario, se dirige hacia una nueva decepción. El final está abierto.

Fuente: La Nueva