Esta sobreabundancia ha ejercido una presión significativa sobre los precios, afectando no solo a los agricultores en estos países, sino también a aquellos en Ucrania, el cuarto mayor exportador de maíz del mundo. En un intento por mantener su competitividad, los agricultores ucranianos han retrasado la venta de su nueva cosecha, que se recogerá en septiembre, esperando mejores condiciones en el mercado.

En el último año comercial 2023-24, Estados Unidos y Brasil aportaron un total combinado de 107 millones de toneladas de maíz, lo que representa más de la mitad del suministro global, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Esta oferta masiva ha provocado una caída en los precios internacionales del maíz, con el precio FOB del maíz Panamax en la Costa del Golfo de Estados Unidos alcanzando su nivel más bajo desde septiembre de 2020, situándose en 179,72 dólares por tonelada. Esta tendencia ha llevado a una reducción en la demanda de maíz ucraniano en los mercados de destino clave como España y Egipto.

Los agricultores y exportadores ucranianos enfrentan ahora el dilema de vender su cosecha a precios más bajos o esperar mejores condiciones. En septiembre, los vendedores de Ucrania ofrecían maíz para envío a 208-209 dólares por tonelada, pero con la nueva cosecha en octubre, los precios han bajado a entre 203 y 205 dólares por tonelada. A pesar de las bajas perspectivas de producción debido a las condiciones climáticas adversas, la presión de los precios globales y la competencia de fuentes estadounidenses y sudamericanas ha mantenido los precios del maíz ucraniano en niveles relativamente bajos.

A medida que se acerca la nueva temporada de cosecha, los comerciantes prevén que los precios del maíz en Ucrania deberán ajustarse aún más para seguir siendo competitivos en el mercado global. Sin embargo, esta situación podría llevar a una menor disposición por parte de los agricultores ucranianos a vender su producto, lo que podría prolongar la presión sobre el mercado en general. Además, la falta de disponibilidad del nuevo cultivo en los mercados internacionales podría continuar afectando la demanda de maíz ucraniano, perpetuando el ciclo de incertidumbre y bajos precios.

El mercado global de maíz se encuentra en una situación de equilibrio delicado, con la abundante oferta de Estados Unidos y Brasil ejerciendo presión sobre los precios internacionales y afectando la competitividad de los exportadores ucranianos. A medida que los agricultores ucranianos retrasan la venta de su nueva cosecha en espera de mejores condiciones, el mercado enfrenta una posible disminución en la oferta disponible, lo que podría llevar a un ajuste en los precios a nivel global. La situación en Ucrania será un factor clave a seguir en los próximos meses, ya que cualquier cambio en la dinámica de oferta y demanda podría tener un impacto significativo en los mercados agrícolas internacionales.

Por Esteban Moscariello