Las máquinas agrícolas de nueva generación siguen sumando herramientas que contribuyen a maquimizar la productividad en el campo.
Entre los «aliados tecnológicos» más recientes se destacan los denominados sensores de vigor.
Son dispositivos que permiten escanear en tiempo real el estado de las plantas, a fin de optimizar la aplicación de insumos en función de la información recolectada.
¿Qué son los sensores de vigor?
El uso de sensores de vigor resulta de gran utilidad cuando se complementa con equipos con dosificación variable, por ejemplo.
La idea es aplicar los insumos sólo en las proporciones requeridas, de acuerdo a lo que necesita el cultivo.
Secretos
Los sensores se encargan de analizar el vigor vegetativo, basándose en los índices NDVI y NDRE.
El NDVI (índice de verde), es un indicador que señala el verdor, densidad y salud de la vegetación en cada píxel de una imagen de satélite.
El NDRE (en inglés, Normalized Difference Red Edge o Diferencia Normalizada de Borde Rojo) es un índice muy similar al NDVI.
Su principal diferencia radica en una solución más segura, ya que puede detectar las variaciones en la salud de los cultivos en sus estadios más avanzados.
Esto se debe a que utiliza luz de borde rojo, que puede atravesar las hojas mucho más profundamente que la luz roja (usada en el NDVI).
Así, donde hay un canopeo más intenso, es recomendable utilizar el NDRE, porque el NDVI se satura.
Aportes
Con el soporte de estos índices, los sensores de vigor permiten realizar fertilizaciones a dosis variables en tiempo real y maximizar la efectividad del fertilizante distribuido.
Son capaces de analizar más profundamente el cultivo para poder regular la distribución de fertilizantes granulados o líquidos.
También crean en tiempo real un mapa directamente en el monitor de la cabina.
Este mapa se puede utilizar inmediatamente, después de la calibración, para distribuir fertilizante de inmediato. También se puede almacenar y analizar con un software específico para crear un mapa de fertilización más sofisticado.
Montaje
Los sensores, según el cultivo que se quiera analizar, puede montarse frontalmente sobre un accesorio de 3 puntos, como en el caso de un viñedo, o directamente sobre el botalón de una pulverizadora.
La ventaja respecto a los drones es que permiten tener los datos disponibles inmediatamente y sin necesidad de recalibración, ya que los sensores ofrecen un resultado repetible e inmediatamente comparable.
Hasta ahora, los sensores de vigor se utilizan con eficacia en cultivos como arroz, vid, papas, cereales de invierno, maíz y forrajes.
Fuente: MaquiNAC