Para la temporada 2024-25 la industria proyecta otro año récord, con las primeras estimaciones sugiriendo alrededor de 112 millones de cajas exportadas, mostrando una potencialidad importante. Sin embargo, hay varios desafíos que debe enfrentar la industria de cara a una nueva temporada.
Con el fin de discutir estos temas y dar más claridad de lo que se viene, IFPA organizó un desayuno con miembros de la industria en Santiago, Chile.
Uno de los presentadores, Francisco Labarca, socio y director ejecutivo South Port Shipping, indicó que las proyecciones para este año parecen ser "bastante ciertas, porque ha habido las horas de frío que no hubo la temporada pasada, por ende, podrían incluso ser más que 112 millones de cajas".
A pesar de que aún no existe una estimación oficial por parte del Comité de Cerezas de Chile, South Port Shipping ha realizado proyecciones para prepararse para la temporada, basándose en experiencias de periodos anteriores.
"Sobre la base de estimaciones, habrá diferencias grandes esta temporada en comparación a la anterior durante las primeras semanas", dijo Labarca. "Esto es una buena noticia para las navieras, porque significa que entre la semana 46 y 3, habrá unos 10.000 contenedores más de cerezas, pero están muy bien distribuidas en el tiempo".
Al respecto, comentó que durante el peak de la temporada, estiman llegar a 5.600 contenedores semanales, lo que, a pesar de ser una cifra muy alta, no está lejos de los 5.400 contenedores semanales en el punto más alto de la temporada anterior.
"No veo que esto genere un estrés extraordinario sobre la capacidad naviera, ya que los peaks son bastante manejables", aseguró Labarca. "Esto es una buena noticia, porque significa que las navieras, con el mismo tonelaje (capacidad de las naves), van a poder mover mucha más carga", agregó.
Desafíos a considerar
A pesar de la proyección positiva en cuanto a volumen, y lo que, por consiguiente significa esto para las navieras en cuanto a ingresos, Labarca asegura que hay que ser precavidos en cuanto a la capacidad de transporte y gestión fitosanitaria, para mantener la fruta en movimiento.
"Estamos con una demanda de transporte impresionante, pero las navieras nos han asegurado que tienen una capacidad semanal de 6.500 contenedores para llevar cereza a China", dijo Labarca.
A pesar de que la oferta naviera exista, y le da tranquilidad a la industria, Labarca dijo que el temor existe debido a la fruta que debe ser transportada con tratamiento de frío.
Explicó que inicialmente, se estimaba que el 30% de la fruta transportada requeriría de tratamiento de frío, sin embargo, estiman que sea alrededor del 50%. Esto debido a que las principales zonas productivas, incluyendo las plantas de procesamiento, se encuentran bajo cuarentena por la mosca de la fruta.
"Si uno mira la capacidad instalada de las plantas que en zonas afectadas va a obligar a llevar fruta sana a procesarse ahí, y una vez que la fruta entra a esas plantas requiere tratamiento de frío", dijo Labarca.
Bajo ese escenario, explicó que preparar un contenedor con tratamiento de frío, entre cargar, colocar sensores y hacer la revisión se demora alrededor de una hora y media.
"En el peak habría que inspeccionar 705 contenedores diarios, lo que significa 8 horas por jornada y requiere de 88 frigoristas trabajando. El problema es que los proveedores que ofrecen este servicio tienen en promedio 15 frigoristas, por ende la suma no da para revisar esa cantidad de contenedores por día", explicó Labarca.
El experto planteó este tema como uno que genera preocupación, pero aseguró que aún hay tiempo para solucionarlo.
Otro tema logístico
Labarca dijo a los asistentes que las plantas de embalaje tienen que tener sus propios frigoristas, ya que tanto los exportadores como las navieras están contratando los servicios de empresas frigoristas, pero la oferta es limitada. A través de esto, hizo un llamado al trabajo en conjunto, indicando que "si esto lo vemos de manera individual, va a ser imposible conseguir esa cantidad de proveedores del servicio".
Agregó que el tiempo que lleva a los inspectores moverse de planta en planta para iniciar el proceso de certificación es muy ineficiente, un proceso que se podría agilizar si cada planta contrata un frigorista fijo y permanente.
Adicionalmente, al tener muchos contenedores con tratamiento de frío navegando, que estima pueden llegar a ser hasta 3.000 en dado momento de la temporada, las fallas tienen que ser detectadas antes de embarcar el contenedor.
"Hay otro tema, que es la responsabilidad de las navieras de subir la información del contenedor con tratamiento de frío en destino al sistema de aduanas online de China", dijo Labarca.
"La naviera tiene que tener claro cómo se hace el release de la carga, porque con estos volúmenes, si a alguna naviera se le frena el proceso, puede ser un desastre comercial, porque no vamos a poder mover la fruta".
A raíz de esto, Labarca hizo un llamado a tener coordinación entre las navieras, los proveedores de servicio y los exportadores, para acordar un protocolo de funcionamiento que beneficie a todos.
Desafío sanitario
Los productores y exportadores se ven enfrentados a otro desafío de cara a esta temporada: brotes de mosca de la fruta en zonas productoras.
La situación la expuso Rodrigo Barra, jefe del Departamento de Regulación y Certificación Fitosanitaria del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), quien indicó que la zona que más preocupa a los productores de cereza es Chimbarongo, ya que cubre muchas hectáreas de zonas productoras.
"De momento tenemos seis campañas de rehabilitación; una en Ovalle, dos en Valparaíso, dos en la Metropolitana y una en OHiggins", dijo Barra.
El SAG ya se encuentra aplicando las medidas de control para cancelar la cuarentena en las zonas afectadas.
La magnitud de la cuarentena se debe a las medidas exigidas por China, las cuales exigen un radio de 27,2 kilómetros desde la ubicación de los brotes. El rango, Barra explicó es bastante alto, por ende, están trabajando con las autoridades del país asiático para poder reducirlas.
"La mayoría de los países con tratados exigen tan solo 7,2 kilómetros para la cuarentena, incluyendo Estados Unidos y Japón, sin embargo, ya se ha hecho progreso con China, ya que anteriormente exigían cuarentena para toda la región donde se detectaba la mosca", expuso Barra.
El problema para los productores y exportadores es que toda la fruta producida o embalada en la zona en cuarentena, debe ser trasladada bajo tratamiento de frío, lo cual, como explicó Labarca, agrega más trabajo, procedimientos y riesgos a la exportación.
En Ovalle, donde se encuentran 301 hectáreas cuarentenadas para China, y 7 plantas empacadoras para cereza, se espera que se levante la campaña en noviembre de 2024.
El levantamiento de la campaña depende de que se cumplan tres ciclos biológicos de la mosca sin detección.
En San Bernardo, el área cuarentenada es de 2.552 hectáreas, donde se ubican 17 plantas de embalaje. Esta campaña se estima que se levante en diciembre de 2024.
Y el sector más relevante, en Chimbarongo, hay 15.582 hectáreas de cerezas cuarentenadas y 31 plantas embaladoras, donde se estima que la cuarentena se levantará en enero de 2025.