En los últimos días, las intensas nevadas en la Patagonia pusieron en jaque a la producción ganadera de la región. Desde entidades que nuclean a productores se conocieron testimonios dramáticos de ganaderos que no pueden llegar a sus rodeos por las tormentas de nieves que afectan a toda la región, y los cálculos más pesimistas hablan de pérdidas de miles de cabezas.
En este contexto, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) brindó a los productores pecuarios algunas de las herramientas para prevenir situaciones como bajas temperaturas o el aumento en las lluvias, las que generan problemas para el bienestar de los animales en los establecimientos de está región.
En primer lugar, aseguran que es importante considerar -ante precipitaciones como lluvia, granizo o nieve, o incluso fuertes vientos o heladas- como la mejor opción, contar con un refugio o reparo que brinde a sus animales un espacio de contención, sobre todo en el caso de sistemas no estabulados. “Por otra parte, dejar al animal encerrado en un galpón sin acceso al exterior puede resultar perjudicial, ya que requiere cierto nivel de actividad física y de acceso a la luz solar durante el día”, resumieron. De este modo, una opción es brindarle la oportunidad de salir al exterior a voluntad. En caso de no ser posible, es aconsejable soltarlo todos los días en las horas de mayor temperatura para que pueda ejercitarse.
Si permanecen en corrales, se pueden colocar reparos laterales del lado de dónde predominan los vientos. En tanto, el mantenimiento de los suelos suma puntos para el bienestar animal. Como premisa inicial, deben mantener un buen drenaje, porque pueden verse afectados por las precipitaciones. Si aumenta el barro en los terrenos, crece el nivel de estrés en los animales, produce fatiga e incluso puede generar transmisión de enfermedades como leptospirosis.
Para lograr un buen drenaje, se debe desarrollar un grado de inclinación en los corrales para generar la circulación de agua hacia una canalización. Además, los pisos deben ser compactos para evitar infiltraciones o anegamientos, mientras que las calles y caminos de circulación animal deben tener un abovedamiento hacia los laterales, para impedir que el agua se acumule en el centro.
En el caso de las bajas temperaturas del invierno, si bien los animales cuentan con una cobertura natural contra las inclemencias del tiempo, se debe tener en cuenta que, en actividades como la esquila en ovinos o el ganado destinado a la producción de lana o fibra, sin esta cobertura el ganado podría morir. En ocasiones, la perdida de la capa naturalmente aislante del ovino puede generar el síndrome de hipotermia-inanición, de elevada mortandad. Por eso, en sistemas productivos donde se realice la esquila preparto, es fundamental tomar los recaudos necesarios para el animal.
Cabe destacar que, a excepción de los pollitos bebés y la cría de lechones, el uso de sistemas de calefacción debe ser desestimado. Sobre todo, por el riesgo a provocar cambios de temperatura muy grandes en el organismo, los cuales pueden estresar el sistema inmune de los animales y predisponerlos a enfermedades.
Alimento para los animales
En tanto, durante el invierno, las bajas temperaturas y las heladas determinan un estancamiento en el crecimiento de las pasturas, sobre todo si el campo viene de una época de sequía. Como extra, si hay nieve el animal puede tener muchas dificultades para acceder a la pastura. Ante estas situaciones, siempre es necesaria la suplementación con henos de alto valor nutritivo o con granos.
Asimismo, las heladas invernales suelen ocasionar el congelamiento de las aguadas. A pesar de que los animales intentan romper el hielo con sus patas de forma instintiva, muchas veces el grado de congelación les imposibilita realizarlo. Por eso, es necesario recorrer los reservorios de agua donde se hidrata el ganado y retirar las capas de hielo.
Ante una amenaza de nevada fuertes y fríos extremos, como está ocurriendo en estos días, es aconsejable planificar un traslado a tiempo a zonas dónde el clima sea más amigable. Tradicionalmente, en algunas regiones de nuestro país se realizan los movimientos de invernada -dónde el ganado se traslada por arreo o en transportes habilitados- a lugares que les brindan mejor alimentación. “En ambos casos, el movimiento debe estar amparado por el Documento de Transito electrónico (DT-e), el cual puede solicitarse en la oficina local más cercana o por autogestión”, concluyeron desde el organismo sanitario. En la
Patagonia, este traslado que menciona el SENASA es mucho más complicado de hacer.
Fuente: Masp LM Neuquen