Los atrasos en la cosecha de verano complicaron también la siembra de cultivos de invierno, pero el marco de mejora de los precios y un panorama promisorio en lo que refiere a la demanda, sostienen la voluntad de los productores a sembrar trigo y cebada hasta el último día posible.
Si bien para la colza ya estamos en fechas en las cuales se compromete el potencial de rendimiento, para los cereales aún hay cultivares que permiten una buena siembra.
Trigo. El cultivo más antiguo del país volvió a ser el primero en extensión de los de invierno en 2023, y el antecedente más próximo para el productor es que para las 266.000 hectáreas que marcó el relevamiento de DIEA, se cosecharon 5.037 kilos en promedio, lo cual marca un récord histórico.
No es ninguna novedad decir que los productores uruguayos están habituados a sacar buenas cosechas del cereal, pero el panorama comercial y los pronósticos climáticos completan el escenario.
La semana pasada, hubo referencias de US$ 240 por la tonelada de trigo y la anterior US$ 250. Si bien los productores no suelen tomar posición por un volumen importante de sus producciones, fundamentalmente por tener precaución de rechazos por Ph, Falling o Fusarium, marca una tendencia de lo que está sucediendo en el mercado.
A mediados de marzo Rurales El País realizó la conferencia “Hablemos de cultivos de invierno”, y en esa oportunidad el valor del trigo estaba en US$ 180, por lo que se aprecia una considerable mejora de valor.
Además, el sur de Brasil, región que usualmente importaba trigo o producía trigo de calidad regular, pasó a tener producciones mucho mejores y exportar. A raíz del lamentable suceso climático que afectó con inundaciones a Río Grande do Sul, ese trigo no solamente va a faltar en el mercado, sino que lo van a demandar, y Uruguay tiene una oportunidad.
Hay que estar atentos en caso de que por esta merma el gobierno elimine o rebaje el arancel externo común para la entrada de trigo de Estados Unidos o el Mar Negro, que podría ser un factor bajista.
Cebada. Para este otro cereal, el panorama también avizora un crecimiento en superficie de concretarse finalmente la intención de siembra.
Ambev estima unas 125.000 hectáreas y Maltería Oriental espera implantar 95.000 hectáreas de cebada para abastecer a la industria. La referencia la semana pasada cerró en US$ 225 por tonelada.
Tal como sucede con la producción de cebada, los planes comerciales de las malterías están destinados a suministrar la industria local, y en caso de tener un excedente se podría exportar.
Desde hace algunos años también existe el mercado de la cebada forrajera, que permite poner un piso de precio a la producción y sobre todo tener otro destino para aquellos cultivos que sean rechazados por cuestiones de calidad o calibre.
El veredicto final lo determinará el clima, pero inicialmente podemos esperar una gran superficie de trigo y cebada en este invierno.