El proyecto, titulado «Orujo de cebada: Estrategias de conservación e inclusión de un residuo cervecero para alimentación ganadera en la región de Aysén», es apoyado por la agencia FIA (Fundación para la Innovación Agraria) y ejecutado por INIA, ambas instituciones del Ministerio de Agricultura buscan a través de este proyecto , aportar a la alimentación animal en la zona sur-austral de Chile.
Los sistemas ganaderos en esta región enfrentan desafíos significativos durante el invierno, con escasos recursos forrajeros disponibles. Esto ha llevado a los productores a depender de forraje conservado y concentrados comerciales, incrementando sus costos de producción.
“En este contexto, surge la oportunidad de aprovechar el orujo de cebada, un subproducto de la industria cervecera, como una alternativa innovadora y sostenible para mejorar la calidad y disponibilidad de alimento para el ganado durante la temporada invernal”, señala la Directora de INIA Tamel Aike, Camila Reyes.
La representante regional de FIA Deysi Rubilar Velásquez, explicó que “desde FIA estamos muy optimistas de apoyar esta iniciativa, cuyo objetivo es desarrollar un paquete tecnológico que permita la conservación e inclusión del orujo de cebada en la alimentación animal. Esto, caracterizando su valor nutricional, evaluando su impacto en la productividad y analizando su viabilidad económica. Se utilizarán predios pilotos, como forma de aportar al desarrollo del mundo rural de Aysén”.
Durante la visita, los estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer de cerca los avances del proyecto, así como de escuchar las experiencias de quienes participan activamente en su ejecución. José Daza, responsable del proyecto, destacó la importancia de esta iniciativa impulsada por FIA y compartió los resultados iniciales obtenidos hasta el momento.
“Estamos mostrando resultados preliminares sobre ensilaje y pellet de orujo de cebada, un residuo de cerveza. Uno de nuestros practicantes y tesista está participando en el proyecto y durante la visita pudo explicar su experiencia, lo que fue muy grato para nosotros. Así vamos trabajando en la región colaborativamente entre las instituciones para potenciar la agricultura y la ganadería”, sostuvo el investigador de INIA Tamel Aike.
Por su parte, Paulina Flores, médico veterinario y académica de la carrera de Agronomía, expresó su entusiasmo por la vinculación de la academia con proyectos que promueven la innovación y la sustentabilidad en la ganadería regional.
“Para nosotros alberga todas las características que nos interesa para nuestros estudiantes, los próximos agrónomos formados en la región de Aysén. Queremos que, dentro de sus parámetros de su trabajo, se preocupen de la sustentabilidad medioambiental, y por, sobre todo, que esto vaya de la mano con la alimentación animal y una producción animal sustentable”, según dijo.
Oscar Martínez, estudiante de Agronomía que participó en el proyecto durante su práctica profesional, enfatizó el orgullo que siente al contribuir al desarrollo de conocimientos que puedan beneficiar, no solo a la región de Aysén, sino a todo el país.
“Estoy súper orgulloso de poder trabajar en este tipo de generación de conocimientos que se puedan extender a otras partes de Chile. Este es el primer estudio que se hace utilizando este tipo de residuos para la alimentación en el país. Entonces sería súper relevante que pudiera ser utilizado en otras regiones con actitud ganadera también”, destacó.
Este proyecto pionero representa un paso significativo hacia una producción ganadera más eficiente y sostenible en Chile, demostrando el potencial de la colaboración entre instituciones académicas, centros de investigación y el sector privado para impulsar la innovación en el agro.