BUENOS AIRES, ARGENTINA – Con una mirada hacia el futuro y apostando al desarrollo agroindustrial de nuestro país, Cargill comienza una serie de actividades con el objetivo de promover el cultivo de colza.
Se trata de una oleaginosa sustentable, tiene un alto potencial y está poco desarrollada en la Argentina. Su producción está conectada con un acelerado crecimiento de la demanda global de aceites vegetales para la producción de biocombustibles. La colza se destaca porque puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 y, como consecuencia, soportar las estrategias para reducir el impacto climático.
Los expertos de Cargill analizan que esa demanda va a seguir creciendo en los próximos años. Acompañando esta mirada al futuro, la compañía apuesta al aumento de su producción la Argentina, y para ello lanzó la campaña #SembráColza que incluye una serie de charlas, buenas prácticas, un amplio portafolio de insumos y asesoramiento técnico, para informar y educar al productor acerca de este cultivo. "Estamos hablando de una oleaginosa de invierno que consume menos agua que el trigo, por ejemplo, y encuentra condiciones apropiadas en Argentina para desarrollarse", explica Facundo Rodriguez, Senior Merchant de Cargill.
La colza permite diversificar los cultivos, una estrategia poco explorada en algunas regiones y que puede ayudar al productor a diversificar y conectarse con distintos mercado y precios. "Esa diversificación del negocio, hecha de forma adecuada, puede ser el secreto del éxito que el productor está buscando para esta temporada", agrega Facundo. En términos de manejo, por ser un cultivo de invierno con ventajas para la rotación ya que una vez que su temporada termina empieza la de soja.
La colza, como explican los expertos de Cargill, tiene mayor eficiencia en el uso de la maquinaria por diferente fecha de siembra y cosecha cuando comparada con cereales de invierno. Además de eso, deja de consumir agua y nutrientes 15-20 días antes que el trigo. La colza también tiene bueno desempeño contra malezas por su estructura de planta y tolerancia a estrés hídrico.
Según Andres Iolster, Business Consultant de Cargill, la colza tiene un gran potencial a raíz del aumento de la demanda global de aceites vegetales para la producción de biocombustibles con bajo impacto ambiental. Se observa, por ejemplo, una demanda creciente de empresas de aviación por el SAF (Sustainable Aviation Fuel), un biocombustible que tiende a tener demanda firme en los próximos años. "Creemos que la colza y la carinata entre otros, pueden ser cultivos estratégicos para la argentina en este escenario mundial, cumpliendo con los requisitos de sustentabilidad exigidos en los países de destino", complementa Andres.
La colza, una vez procesada, puede ser comercializada en distintos formatos, igual que otras oleaginosas. El consumo del aceite de colza es seguro para humanos y animales, siendo considerado uno de los más saludables por su baja cantidad de grasa saturada. La colza también puede ser utilizada como biocombustible.