CLASIFICACIÓN DE LAS RESERVAS
Se analizan las condiciones de humedad actuales mediante la comparación con los valores de reservas normales para la fecha. Los resultados se clasifican en categorías, teniendo en cuenta para la estadística la serie de datos1973-2023.
Luego de las copiosas lluvias de la transición intermensual, no sorprende que los excesos hídricos dominen gran parte de la provincia de ER. Debemos convenir que a pesar de que veníamos de casi diez días sin lluvias, los suelos apenas se habían oreado y esta era una de las zonas con capacidad receptiva muy limitada. Este tipo de complejidad se ve muy moderado sobre otros sectores de la franja central del país.
El mes de abril está arrancando con buen nivel de humedad en la franja este de la región pampeana, salvando obviamente los excesos sobre la provincia de ER. Se detectan faltantes en CB, LP y sudoeste de BA y también hacia el oeste de la cuenca del Salado.
Como están las cosas, las zonas secas donde los cultivos han llegado a término, tienen una mejor condición para el avance de la cosecha, pero demás está decir, que esta ventaja se vuelve un problema cuando se piensa en la disponibilidad de humedad de los perfiles. Es la repetida dicotomía que se presenta para estas fechas todos los años: la necesidad de recargar los perfiles y la necesidad de buen tiempo para cosechar, un equilibrio difícil de lograr en forma homogénea, a gran escala. El mapa es un claro ejemplo de este panorama que ya hemos debido describir en muchas otras campañas. En este caso, el corazón de la zona núcleo parece transitar una condición de humedad bastante razonable para el avance de cosecha.
En esta época del año pasado, la situación hídrica recién comenzaba a mostrar una mejora más sostenida, pero con salteos que todavía generaban la continuidad de la sequía en gran parte de la zona núcleo. La señal positiva comenzaba a notarse en el comportamiento pluvial, pero las deficiencias en los suelos eran tan marcadas que aun con lluvias por encima de los valores en el último tramo de marzo, apenas estábamos en el comienzo de la reversión de la seca. La misma nunca logro una mejora adecuada en la franja mediterránea y recién durante mayo, hubo eventos en el este que permitieron incorporar área para la fina sin un riesgo significativo para el tránsito del invierno. El sur de la región pampeana, fue de las primeras en consolidarse con una mejora que le permitió apartarse en forma más temprana de la seca. La franja mediterránea ingreso al otoño, ya con pocas chances de recuperar reservas. Esto vuelve a estar latente en esta campaña, posiblemente con perfiles que en profundidad cuenten con mayor humedad. Como mencionamos, el mes de abril es la última chance para que las lluvias ofrezcan una mejor oportunidad para las áreas trigueras del oeste, como para poder transitar el invierno con cierta solvencia.
El evento que se desplegara entre el domingo y martes en gran parte de la franja central del país, puede dejar aportes importantes para la zona más secas del oeste.
Lamentablemente, el mismo evento volverá a impactar sobre áreas que no necesitan nada de lluvia, es decir, el este va camino a una complejización de la cosecha, debido a la dificultad para transitar caminos rurales y a los problemas de piso en los lotes saturados.
Para el oeste, en cambio, todas las lluvias que puedan sumarse serán bienvenidas, atendiendo que podemos salir a una primavera bajo un escenario Niña. En conclusión, cultivos sembrados con perfiles sin reservas quedan muy expuestos al regreso perentorio de las lluvias de primavera, algo que no se condice con un evento La Niña. Es una primera aproximación, pero sin dudas hay que considerarla para definir el área que va a la fina. La última palabra la va a tener el comportamiento pluvial de abril, a lo sumo hasta la primera quincena de mayo.