La situación de precariedad laboral estructural, la escasa generación de puestos de trabajo y los limitados efectos de las políticas de empleo llevaron a que una parte importante de los trabajadores ocupados residan en hogares en situación de pobreza por ingresos. En 2023, a partir de los datos de la EDSA-UCA, se identificó que el 32,5% de los ocupados se encuentran en esta situación.
La incidencia de la pobreza es marcadamente diferencial según el sector productivo en el que se desarrollan las actividades y la condición laboral. El 17,8% de los trabajadores del sector público y el 19,7% de los del sector privado formal asalariado se encontraban en esta situación. La incidencia de la pobreza es menor en los trabajadores por cuenta propia del sector privado formal, 4,9%. Contrariamente, se incrementa marcadamente al disminuir la calidad y la productividad del establecimiento en el que trabajan, el 37,5% de los asalariados del sector micro-informal, el 44,2% de los cuentapropistas del sector micro-informal y el 78% de los destinatarios de los programas de empleo, se encuentran en situación de pobreza.
Según los datos de la EDSA, la proporción de trabajadores residentes en hogares en situación de pobreza disminuyó marcadamente entre 2004 y 2012 (tanto por la generación de empleo como por la expansión de los programas de empleo y de los programas asistencialistas). Contrariamente, en el período 2012-2023, a pesar de efímeros años de bonanza, se observa un incremento del porcentaje de ocupados en situación de pobreza. Culminando, en 2023, con un 32,5% de los ocupados en esta situación.
La incidencia de la pobreza es marcadamente diferencial según el sector productivo en el que se desarrollan las actividades y la condición laboral del trabajador. En 2023, el 17,8% de los trabajadores del sector público y el 19,7% de los asalariado del sector privado formal se encontraban en esta situación. Para el mismo año, la incidencia de la pobreza es menor en los trabajadores por cuenta propia del sector privado formal, 4,9%. Contrariamente, se incrementa marcadamente al disminuir la calidad y la productividad del establecimiento en el que trabajan, el 37,5% de los asalariados del sector micro-informal, el 44,2% de los cuentapropistas del sector micro-informal y el 78% de los destinatarios de los programas de empleo, se encontraban en situación de pobreza.
Analizando la situación de pobreza en los trabajadores según diferentes atributos se observa que existen algunas leves diferencias. A este respecto, en 2023, el 33,1% de las mujeres ocupadas y el 31,9% de los varones ocupados residían en hogares en situación de pobreza. Especificado por el sector y la condición laboral, se observa que en el sector público, en el sector formal asalariado y en el sector formal no asalariado, las mujeres sufren un menor nivel de incidencia de la pobreza que los varones. Esta relación se invierte en el sector micro-informal asalariado y casi desaparece la diferencia en los ocupados en el sector micro-informal no asalariado y en los destinatarios de programas de empleo.
Con respecto a la edad, en el mismo año, el 33,7% de los jóvenes ocupados, el 33,8% de adultos ocupados y el 21,5% de los adultos mayores ocupados se encontraban afectados por la pobreza. La incidencia de la pobreza según las edades es relativamente similar al especificar a los ocupados según el sector y la condición laboral, excepto entre los adultos mayores destinatarios de programas de empleo en los cuales se observa una tendencia a encontrarse en su totalidad en situación de pobreza.
Además, en 2023, siguieron verificándose las brechas según el nivel educativo alcanzado: sólo el 21,3% de los ocupados que culminaron los estudios secundarios vivían en hogares en situación de pobreza mientras que este valor llegaba al 53,5% de los que tenían secundario incompleto. La diferencia en la incidencia de la pobreza según el nivel de instrucción tiende a replicarse al agrupar a los trabajadores según sector y condición laboral, a excepción de la posible inexistencia de cuentapropistas del sector privado formal que no hayan culminado el secundario y entre los destinatarios de los programas sociales, grupo en el cual casi se ve igualado el nivel de pobreza, independientemente del nivel de instrucción.
Autor: Eduardo Donza.
Colaboradores: Cecilia Paola Tinoboras; María Rosa Cicciari; Rodrigo Taiel Jara Alvarez; Fernando Zago; Nazarena Bauso y Santino Colla.
Director del Observatorio de la Deuda Social Argentina: Agustín Salvia