Si bien aún no contamos con datos oficiales respecto del stock de animales registrado al 31 de diciembre del año pasado, los datos parciales que comienzan a circular en base a los resultados de la segunda vacunación anti aftosa de 2023, en principio, indicarían una pérdida de terneros muy inferior a la estimada inicialmente, en base al impacto percibido a causa de la sequía.
A priori, el rango de estimaciones que maneja el mercado se ubica entre los 14,0 y 14,5 millones de terneros cifras que, si bien resultan menos alarmantes que las iniciales -de confirmarse-, marcarían una importante caída de la oferta en relación al ciclo previo, el cual se inició con un récord de 15,2 millones terneros en stock.
Movimientos de terneros y terneras desde establecimientos, con destino cría e invernada, en base a DTe informados por SENASA.
En números absolutos, en lo que va del año se registra una salida total de 1.304.500 terneros/as que, comparado con los registros de enero y febrero del año pasado, marcan una baja del 14% interanual.
Claramente en esta caída se conjugan tanto la mayor disponibilidad de terneros existente el año pasado como también el adelantamiento forzoso de la oferta que se vio a causa de la sequía. Recordemos que, a esta fecha, estábamos transitando uno de los períodos más críticos de la seca, con una fuerte salida de terneros livianos destetados anticipadamente y, paralelamente, un elevado descarte de vacas flacas.
En este contexto, más del 55% de la zafra se volcó al mercado en los primeros 5 meses del año. La presión de oferta fue tal que llevó a registrar pérdidas en el valor de los terneros de hasta el 40% respecto de los valores registrados año atrás.
Valores del ternero ROSGAN, expresados en pesos constantes ajustados por IPIM (Índice de Precios Mayoristas).
Luego, la fuerte corrección de valores que se registró previo y post devaluación de la moneda permitió reacomodar los precios reales de la hacienda, tras varios meses de retraso.
Claramente, los primeros dos meses del año no ofrecen una referencia sólida para los valores de la invernada dada su escasa oferta estacional. En efecto, el Índice de referencia para el Ternero correspondiente al segundo remante del año de ROSGAN ($2.087 el kilo), corregido por inflación, refleja un retroceso real de 6 punto porcentuales, medido contra el índice de febrero de 2023, llevado a moneda de hoy ($2.225).
No obstante, la presión que ejerce la inflación acumulada en pesos sumado a la menor oferta real de hacienda, anticipa la firmeza con la que deberían comenzar a posicionarse los terneros desde el inicio de la zafra.
De momento, a diferencia del año pasado, el criador está en condiciones de defender mucho más su hacienda, dado la mejores condiciones que aun ofrecen los campos para retener un tiempo más esa invernada.
Por otra parte, la baja del precio del maíz de más de un 10% en dólares en lo que va del año, comienza a mostrar valores más atractivos para el encierre de esa invernada en origen, lo que podría reducir aún más la oferta temprana de terneros tanto para el invernador tradicional como para los feedlots.
Relación insumo-producto entre el valor de la tonelada de maíz (Pizarra Rosario) y el valor del novillito en el MAG.
Hoy con un maíz en $140.000 la tonelada -aun sin la presión de cosecha- y un precio del novillito gordo trepando nuevamente a los $2.000 el kilo, la relación insumo-producto nos muestra que, por cada 70 kilos de hacienda terminada, es posible comprar 1 tonelada de maíz, relación que un año atrás se ubicaba por encima de los 100 kilos.
Por tanto, la zafra actual plantea una menor disponibilidad de terneros que el criador intentará defender a fin de no quedar descapitalizado frente a un contexto de costos en pesos crecientes y un escenario cambio aun incierto.
En este sentido, el concepto ya instalado en la mente del productor respecto de la ‘reserva de valor’ que ofrece la hacienda sumado a las buenas condiciones que ofrece la recría, con y sin suplementación, podrían generar este año una zafra de terneros más escalonada, aunque limitada por la capacidad financiera con la que cuente cada productor.
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario