Algunos días más tarde que en febrero de 2023, como era de esperarse, comenzó la cosecha de arroz en el norte del país y repitió el productor que se adelantó a los demás: Karol Pinczak.
El sector arrocero nacional, tal como consignábamos en un informe publicado la semana pasada, atraviesa un período de esperanza, especialmente en los precios. El mercado internacional está dando señales muy buenas de cara a esta nueva cosecha.
A todo esto, se suma la buena noticia de que los rendimientos vienen “pintando” para ser mejores de lo que se esperaba en diciembre.
“No hay ningún cuadro cerrado, pero en el inicio vemos un buen panorama, pensamos que iba a ser menor por el clima”, aseguró Karol Pinczak, refiriéndose a algunas temperaturas que estuvieron por debajo del promedio, lluvias que se dieron con mayor frecuencia pero especialmente ausencia de muchas horas de luz solar en los primeros días de enero.
De todos modos, las altas temperaturas registradas en los últimos días le dieron un empujó grande al último tramo del cultivo. El año pasado, el inicio de cosecha fue apenas empezado el mes de febrero.
“Esta vez sembramos una semana más tarde, y estas altas temperaturas que aceleraron el cierre del ciclo, esperemos que no comprometan la calidad”, aseveró el productor.
Para hablar de rendimientos, Pinczak estimó un promedio en el entorno de los 9.000 kilos por hectárea, lo cual no alcanzaría la media del año pasado, pero continúa siendo de las mejores cosechas de las que se tenga registro.
“Las chacras estaban bastante iguales de lindas, y en el tema productivo empezamos la cosecha parecido”, estableció el productor artiguense, que dijo que solamente se tuvo que usar algo más de urea. “Tengo la sensación de que va a ser parecido al año pasado”, agregó.
PRECIO. La presente zafra se sembró con costos menores, y esto ya mejoraba la ecuación. El sector arrocero nacional venía de una campaña con récord de rendimiento por hectárea, y un precio provisorio de la zafra pasada fijado en US$ 13,50 lo cual ya es bueno, pero tiene aún chances de mejorar.
Este escenario permitía pensar en una mejor realidad para el rubro, sobre todo en función de estas condiciones de negocio favorables para un sector que en los últimos meses terminó de pagar el fondo arrocero, una deuda tomada en conjunto para atravesar momentos de crisis, pero que requería un descuento a los productores cada vez que entregaban una bolsa.
Hoy, el panorama vuelve a sonreír con precios internacionales firmes, sobre todo gracias a algunas restricciones en India para la exportación, mermas productivas en Brasil y Paraguay y un mercado norteamericano que continúa sólido.
“Hay expectativas interesantes, y esperemos lograr ventas rápidas para tener un provisorio superior al de 2023”, dijo Pinczak.
Sobre la certeza de tener un buen ejercicio, el arrocero dijo que los mercados son muy volátiles, pero “todo hace indicar que se podría mantener”.