En un giro muy positivo tras una campaña catastrófica, el
agro argentino se encamina a establecer un nuevo récord en la producción de
maíz. Según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro
(GEA), la campaña 2023/24 está proyectada para alcanzar una producción de
59 millones de toneladas (Mt), superando las expectativas iniciales.
Esta estimación representa no solo 3 Mt adicionales a lo
previsto en diciembre, sino también un aumento del 64% en comparación con el
año anterior. Este incremento es atribuible a un rinde nacional promedio de
79,6 quintales por hectárea, que sobrepasa el promedio de los últimos cinco
años por 5,4 quintales.
La mejora en las condiciones climáticas ha jugado un papel
crucial en este escenario optimista. Con tormentas de gran intensidad y
frecuencia, el cambio del escenario hídrico ha sido fundamental para el
desarrollo del cultivo. Este año, las lluvias han beneficiado especialmente las
regiones que más lo necesitaban, contrastando marcadamente con la situación del
año anterior, cuando los maíces tempranos sufrían graves pérdidas.
En términos de área, se ha observado un incremento de
110.000 hectáreas, alcanzando un total de 7,4 millones de hectáreas
cosechables. A pesar de una reducción del 3% en la superficie destinada al maíz
para esta campaña, la producción proyectada ya supera los 56 Mt anticipados en
informes previos.
Paralelamente, las perspectivas para la soja también han
mejorado notablemente. La proyección de producción para la soja 2023/24 se ha
incrementado en 2 Mt, alcanzando los 52 Mt. Aunque la soja de segunda enfrenta
algunos desafíos debido a la siembra fuera de las fechas óptimas, aún tiene
tiempo para recuperarse y contribuir significativamente a la producción total.
Sin embargo, no todo es optimismo. La cosecha de trigo en Buenos Aires enfrenta
dificultades debido a las continuas lluvias, lo que ha llevado a ajustar las
estimaciones de rinde. A pesar de estos ajustes, se espera mantener una
producción de 14,5 Mt, cifra similar a la proyectada en diciembre.