1- Producción: fuerte recuperación luego del desastre de la 2022/23
Luego del desastre que significó la histórica sequía que afectó a nuestro país durante la última campaña 2022/23, la nueva cosecha 2023/24 presenta un desempeño mucho más auspicioso en términos generales, aunque con realidades dispares según cada grano.
Los cultivos de invierno ya se vieron afectados por factores climáticos negativos desde el comienzo de su ciclo. La falta de humedad en los suelos a la hora de la siembra limitó el avance de las coberturas. Si bien había mucho interés por parte de los productores de llevar a cabo la producción de trigo y también de cebada para hacerse de un ingreso a mitad de año (sobre todo luego de la fallida 2022/23), los factores ambientales actuaron como limitantes, y el área sembrada de ambos terminó por debajo de la campaña anterior: 5,4 Mha de trigo y 1,6 Mha de cebada, implicando caídas en términos interanuales del 14 y 12%, respectivamente.
El trigo, además, no se desarrolló en el mejor de los ambientes, ya que la falta de agua afectó el normal crecimiento del cultivo, sobre todo en la zona oeste de la región centro y la producción total del cereal se termina ubicando en 14,5 Mt, algo por debajo de lo proyectado inicialmente bajo un escenario de normalidad. No obstante, cabe remarcar que después del fuerte desliz de la campaña anterior, el crecimiento de la producción de una campaña a la otra se ubica casi en un 25%. En cuanto a la cebada, se estima que la producción pueda alcanzar 4,9 Mt, un aumento de más del 35% respecto del volumen obtenido en la campaña anterior.
En lo que respecta a los cultivos de verano, la perspectiva es auspiciosa. Si bien ya desde mediados de año se pronosticaba un evento Niño entre moderado y fuerte para este verano, las lluvias se demoraron algo más de lo previsto en llegar, pero finalmente arribaron y permitieron recomponer buena parte del agua en los perfiles. Así, ante las estimaciones de superficie implantada de los principales granos, las primeras proyecciones ubican a la producción de soja en 50 Mt y al maíz en 56 Mt. El girasol se estima en 4,3 Mt y el sorgo en 2,4 Mt, mientras que otros cultivos sumarían otras 4,9 Mt.
De esta manera, la producción total de granos en la 2023/24 podría alcanzar 137 Mt, un 65% más que el volumen total obtenido en la campaña previa. De confirmarse esta cifra quedaría como la de segunda mayor producción de la historia, sólo por detrás de los 140 Mt del ciclo 2018/19.
De todas maneras, no debe soslayarse que, respecto de la cosecha gruesa, los números de producción son tentativos, y lo que ocurra efectivamente con el clima será fundamental para ver finalmente cuál es la producción obtenida en el nuevo ciclo.
2- Exportaciones: con la recuperación de la producción el agro vuelve a ser un generador clave de divisas genuinas
La fuerte recuperación de la producción prevista para la nueva campaña permite que el agro vuelva a posicionarse como un aportante de divisas genuinas fundamental para la economía del país. En base a estos números de producción se proyecta que el agro realice exportaciones por casi 100 Mt en la 2023/24, un 65% más que el total estimado a exportar en el ciclo que corre.
Para el ciclo comercial 2023/24 se proyectan envíos al exterior de granos cereales y oleaginosos por un total de 63 Mt, con el maíz posicionándose como el principal grano de exportación (40 Mt). No obstante, cabe mencionar que también se vislumbra una fuerte recuperación en la exportación de los demás granos, con el trigo posicionándose a la cabeza con 9,5 Mt, el triple de lo alcanzado en la 2022/23.
En cuanto al envío al exterior de subproductos y aceites, para la 2023/24 se espera también un aumento en los despachos en términos de toneladas, con casi 30 Mt de exportaciones de subproductos y 6,7 Mt de aceites (un aumento del 45% en ambos casos).
De esta manera, ante esta notoria recuperación de los envíos al exterior de los principales productos del agro y la agroindustria en términos de volumen y de acuerdo a los precios de exportación proyectados para el próximo ciclo, el aporte del sector en términos de divisas por exportaciones ascendería a US$ 35.800 millones, más de US$ 10.000 millones más que el total aportado en la campaña actual
Entre los principales complejos, el sojero se erigiría nuevamente como el principal complejo exportador, con más de US$ 20.000 millones generados por los despachos de granos y derivados (vs. US$ 13.700 millones en la 2022/23); pero también se destaca la fuerte recuperación del maíz, con un aporte de US$ 8.300 millones. El complejo triguero, en tanto, generaría envíos por US$ 2.400 millones, el doble de la marca alcanzada en la última campaña.
De esta manera, la exportación de granos y subproductos del agro representaría cerca del 45% del total de los US$ 75.000 millones proyectados a exportar en total desde el país para el próximo año 2024.
3- El aporte del agro al PIB se triplica en la nueva campaña
Finalmente, la recuperación de la producción no sólo tiene su impacto en el frente externo generando divisas genuinas para el país, sino que también impacta en la economía nacional: el Valor Agregado Bruto de la producción de granos en la nueva campaña se triplica respecto del valor del ciclo 2022/23, alcanzando más de US$ 15.000 millones.
De todas maneras, tal como queda reflejado en el cuadro anterior, aún se encuentra por debajo de las campañas anteriores, donde los elevados precios internacionales impactaron positivamente sobre el VAB del sector.
Por Tomás Rodriguez Zurro – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario