Aldo Abram Director Ejecutivo de en la Fundación Libertad y Progreso señaló que: "Ahora, se puso de moda un término técnico, "estanflación" O sea, estancamiento con creciente inflación, que es lo que hemos estado viviendo hasta ahora. Lo malo es que no terminará hasta que el nuevo gobierno empiece a resolver los problemas de fondo. ¿Cómo?

Presentando la hoja de ruta y avanzar en las reformas estructurales. Eliminando todos los controles de precios y regulados. Saliendo a un tipo de cambio único. Con un Banco Central independiente que no financie al Estado. Quitando los subsidios a las tarifas de servicios públicos a los que pueden pagar. Recién el 2do semestre empezará a bajar la inflación y recuperarse la economía. Si se siguen haciendo las reformas, luego la mejora se acelerará".

LA ESTANFLACIÓN DE LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS

Haciendo foco en la administración actual, la estanflación fue la regla. La actividad económica tocó un pico en julio del 2022, que sin embargo estuvo al mismo nivel del alcanzado en octubre de 2017. Comparado a ese valor, hoy el EMAE está 0,8% por debajo. Todo en el marco de una fuerte aceleración en los precios, que tocaron el 142% interanual, los niveles máximos desde 1991.

La gestión estuvo acompañada de políticas que buscaron esconder inflación abajo de la alfombra, a través de congelamientos y controles de precios. Sino también que estuvo acompañada por una fuerte distorsión de precios. Esto se puede ver claramente en la comparativa de inflación núcleo respecto de la inflación de los bienes y servicios regulados. En este sentido, observamos que, desde diciembre de 2019, el IPC de regulados aumentó un 512%, mientras que el IPC núcleo, que excluye los productos regulados y con comportamiento estacional, lo hizo en 866%. Es decir, en promedio, los precios libres aumentaron 354 puntos más que los regulados.

Para peor, los salarios no acompañaron la suba de los precios y quedaron marcadamente por debajo de la inflación. Teniendo en cuenta el Índice de Salarios del INDEC, desde diciembre de 2019 hasta septiembre del 2023 (último dato disponible), acumularon una suba de 683%. Con lo cual, la pérdida de poder de compra ha sido significativo. Por ejemplo, el azúcar aumentó 2.237%, los huevos un 1.395%, el arroz 1.341%, la carne de cuadril 1.043% y la yerba 895%, según el propio relevamiento del INDEC.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que "La persistente falta de conducta fiscal junto a la acumulación de deuda producto del sostenimiento de un Estado cada vez más grande en la economía, trajeron consigo muchas dificultades para lograr políticas económicas que sean estables. A su vez, la mayor intervención estatal, con controles de precios y restricciones a las exportaciones, han generado severas distorsiones para el funcionamiento del mercado argentino y contrajeron aún más la producción. La aceleración inflacionaria en los últimos años afectó el poder adquisitivo de la población y creó incertidumbre en la economía afectando la falta de inversión y la confianza empresarial. 


Lautaro Moschet, Economista de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo que "para salir de esta situación será necesario que el próximo gobierno actúe rápidamente y elimine los controles de capital lo antes posible, de manera tal que sea posible atraer inversiones las cuales serán el motor del crecimiento económico. Claro está que, para ello debe crearse la confianza suficiente que mantenga estable la demanda de dinero y ahí es indispensable la capacidad que tenga el gobierno entrante de llevar a cabo las reformas estructurales que necesita Argentina".

LA ESTANFLACIÓN DE LA ÚLTIMA DÉCADA

En los 12 años que van de estanflación, la inflación se aceleró del 22,8% anual en 2011 al 142,7% registrado en octubre de 2023. Es decir, una suba de 119,9 puntos. En todo ese lapso, la inflación anual más baja registrada en Argentina fue del 21,4%, en julio de 2017, es decir claramente en la zona de dos dígitos.

Desde la salida de la convertibilidad en el año 2002, la inflación acumulada por cada mandato presidencial fue superando a la del anterior. En los 129 meses que duró la Convertibilidad (abril 1991- enero 2002), el índice de precios acumuló una suba de 48,3%. Durante el mandato de Néstor Kirchner la suba fue de 63,1%. Seguida de los 122,1% y 171,8% de los mandatos de Cristina Fernández de Kirchner. Más cerca en el tiempo, encontramos una inflación acumulada de 295,7% para el gobierno de Mauricio Macri. Y llegamos al 813,7% de la gestión del Alberto Fernández (hasta octubre).

Por su parte, el nivel de actividad económica, medido a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC, ha oscilado en torno a los mismos niveles durante los últimos 12 años, mientras que la inflación se ha mantenido por encima del 20% anual, y en ascenso, desde el 2010.

En septiembre de 2023, último dato disponible, el EMAE se ubicó apenas 2,7% por encima del promedio de 2011. Señal de un estancamiento que perdura desde hace más de una década. Mientras tanto, la población argentina creció un 13,1%, lo que nos ha llevado a una persistente declinación del ingreso por habitante. Con estimaciones oficiales hasta septiembre, el ingreso por habitante se encuentra en los niveles de abril del año 2007.
Esto mismo puede observarse al analizar la inflación acumulada por presidencias.

Fuente: Fundación Libertad y Progreso