La deuda en pesos emitida por el Tesoro Nacional “pegó la vuelta” el 22 de octubre pasado. Tras meses de cotizar pesada, o directamente en baja, los precios empezaron a subir. El avance iniciado cuando Sergio Massa emergió primero de las elecciones generales se transformó en aceleración cuando, paradójicamente, su rival Javier Milei terminó superándolo en el balotaje del 13 de noviembre. Y más aún, en los últimos días de la
Para quien viniera siguiendo superficialmente el proceso electoral este proceso podría parecer contradictorio. El candidato que prometió eliminar el peso y lanzarse al experimento de la dolarización debería haber destrozado los precios de los activos en pesos. Se deberían haber transformado en excremento, por decirlo de alguna manera.
Pero nada de eso pasó. De hecho, sucedió todo lo contrario. Papeles de deuda que venían siendo los patitos feos del mercado a medida que aumentaban las chances de un presidente dolarizador, despegaron. Más aún luego del balotaje. Y, principalmente, en los últimos días de la semana pasada.
“En el escenario de Milei original (dolarización) el peso, la deuda en pesos, y bancos deberían tener un shock negativo inicial bastante duro. En el escenario Milei versión JxC el resultado es exactamente el opuesto. El rally de precios que vimos en los últimos 3 días es elocuente de que el mercado interpretó que la vía elegida es la segunda: las designaciones extraoficiales son en esta visión una confirmación y a los comunicados oficiales como una señal hacia la tropa propia de que el proyecto original sigue en pie a la que no hay que prestarle atención”, analizó un informe de Consultatio Asset Management.
El timing, explican operadores parece haber sido el siguiente. Un Massa ganador de las generales de octubre no era una amenaza inmediata para el peso. Pero el Milei que surgió de esas mismas elecciones no era el mismo que ganó las PASO. El cambio se dio el lunes, cuando se selló la alianza con el derrotado PRO de Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
Y, si se miran bien los momentos de las reacciones, se nota otro detalle. Jueves y viernes últimos fueron los días clave de la suba. En los que rompieron, incluso, los precios previos a octubre. El momento exacto en que el autor intelectual de la dolarización Emilio Ocampo, confirmó que no quedaría al frente del Banco Central y el cambiemita Luis Caputo sonaba fuerte para ministro de Economía.
“Las promesas del presidente electo sobre el cumplimiento de los compromisos asumidos y la salida del equipo dolarizador del BCRA eliminó las dudas que pesaban sobre los títulos ajustados por CER, que se sumaron en los últimos días a las fuertes alzas de los títulos Dólar Linked y Duales”, resumió Delphos Investment.
Para el mercado de deuda en pesos, entonces, el escenario de una dolarización parece haber desaparecido. Sino de manera permanente, al menos desparecido del horizonte de corto a mediano plazo, volviéndolo totalmente abstracto.
“La renuncia antes de asumir de Emilio Ocampo al BCRA y el posible nombramiento de Toto Caputo, reafirma que no se va a dolarizar (al menos en este mandato) y que no existe la posibilidad de levantar el cepo de manera inmediata”, analizó un informe de EcoGo.
La buena salud de los títulos de deuda en pesos puede ser una buena noticia para Caputo, el que suena como ministro de Economía o -al menos- autor del intento de desarme de Leliq. Si se eliminara el stock de pesos que suponen los pasivos remunerados -unos $24 billones entre Leliq y pases-, una de las alternativas sería que en lugar de vehículos del Banco Central los bancos usaran bonos del Tesoro para colocar su liquidez. La estrategia no está exenta de riesgos, pero el primer shock de confianza ciertamente no resta.
Fuente: Rosario Finanzas