El Foro Público es el evento de proyección exterior más importante de la OMC y ofrece a los interesados de todo el mundo la oportunidad de examinar las últimas novedades del comercio mundial y proponer maneras de mejorar el sistema multilateral de comercio. Congrega todos los años a más de 2.000 participantes de la sociedad civil, el mundo académico y empresarial, los Gobiernos de los 164 Miembros, las organizaciones internacionales y los medios de comunicación. El lema de este año "Es tiempo de actuar" constituyó el llamado a profundizar la innovación basada en la ciencia, la información y el conocimiento, para resolver dos grandes desafíos globales: la inseguridad alimentaria y la degradación ambiental.
En esta plataforma y bajo este lema, Argentina mostró estar a la vanguardia en la implementación de tecnologías de punta y prácticas agropecuarias sostenibles, con el propósito de alcanzar la seguridad alimentaria global y la sostenibilidad ambiental de la producción agropecuaria. El evento destacó cómo las innovaciones más recientes en materia de agricultura de precisión, biotecnología y digitalización, así como la integración de estos avances, se han transformado en la clave para lograr una producción más eficiente y sostenible. Asimismo, se reiteró la urgencia de reducir los subsidios agrícolas distorsionantes que no sólo obstaculizan las oportunidades de desarrollo de aquellos países que producen eficientemente, entre los que se encuentra la Argentina, sino que además contribuyen a la degradación ambiental global.
Expertos de renombre, líderes de la industria y funcionarios gubernamentales compartieron sus conocimientos y experiencias en la intersección de la biología y la tecnología digital en la agricultura.
La Embajadora Gloria Abraham Peralta, enviada de IICA, subrayó el rol de liderazgo que ejerce Argentina como contribuyente sustantivo a la seguridad alimentaria global.
La Prof. Dra. Raquel Chan, destacada investigadora de CONICET-UNL, compartió su trabajo en el desarrollo biotecnológico de nuevas variedades vegetales como instrumento de adaptación a los desafíos ambientales y como contribución a la seguridad alimentaria.
El Ing. Salvatierra, en representación de INVAP, resaltó la importancia de la información y los datos para el desarrollo de nuevas aplicaciones digitales que faciliten la toma de decisiones de los productores/as agropecuarios.
La Dra. Nacira Muñoz, vicepresidenta del INTA, enfatizó en el rol articulador del Estado para promover la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones científico-tecnológicas, así como en la difusión y facilitación del acceso a la tecnología a la mayor cantidad de agricultores/as, en toda la geografía nacional.
El Ing. Agustín Torriglia, socio de AAPRESID, destacó el impacto positivo de las buenas prácticas agrícolas, particularmente del sistema de siembra directa, en la protección y conservación de los suelos, la biodiversidad, el agua y en la lucha contra el cambio climático.
Finalmente, el Embajador Federico Villegas, Representante Permanente de Argentina en Ginebra, ponderó cómo Argentina, siendo un país en desarrollo, ha sido capaz que crear un entramado agroindustrial y de servicios, sofisticado, eficiente, sustentable, basado en la ciencia y la tecnología. Enfatizó en que la virtud de esta experiencia se incrementa cuando se observa que Argentina lo ha hecho sin la provisión excesiva de subsidios agrícolas distorsionantes, y en un contexto de creciente proteccionismo global. Remarcó que el llamado a alcanzar la sustentabilidad ambiental es de tal magnitud, que los Gobiernos deben lograr un acuerdo para reducir los miles de millones de dólares que se gastan anualmente en subsidios agrícolas distorsivos, repercutiendo, además, negativamente en el ambiente.
Los presentes coincidieron en que los esquemas de cooperación y colaboración intersectorial, incluyendo al sector público, al sector privado, la academia y la sociedad civil, han resultado ser un factor crucial en el desarrollo y la transformación de la sector agropecuario argentino en uno de los más eficientes, sustentables y competitivos a escala global.
Asimismo, se ponderó la importancia de contar con un complejo científico nacional como desarrollador y catalizador de soluciones tecnológicas adaptadas a las necesidades de producción de cada una de las biorregiones nacionales.
Se compartió la idea de que el desarrollo de un ecosistema de empresas asociadas a la producción agropecuaria encuentran en la ciencia y la tecnología un vector que une rentabilidad y sustentabilidad, en la medida que se contribuye a incrementar la producción y la productividad, al mismo tiempo que reduce los costos de producción y protege a los recursos naturales asociados.
Se visualizó la necesidad de continuar y profundizar las relaciones de cooperación internacional agropecuaria como uno de los mecanismos para catalizar soluciones a la inseguridad alimentaria y la degradación ambiental, particularmente en los países en desarrollo.
Finalmente, coincidieron en la necesidad de que la OMC profundice el debate sobre cómo reducir la ayuda interna distorsionante y fomentar las soluciones basadas en el conocimiento científico-tecnológico, a fin de catalizar la producción de alimentos de un modo sustentable.
Este evento representó una oportunidad única para proyectar al mundo, desde la Organización Mundial del Comercio, la manera en que Argentina está liderando el camino hacia una agricultura más innovadora y sostenible, y cómo estas experiencias pueden ser aplicadas en todo el mundo.
Fuente: Aapresid