Los maíces “petisos” han aparecido en la agenda agrícola internacional y preparan su desembarco en Estados Unidos, el principal productor mundial del cereal.

Varios semilleros de envergadura están invirtiendo millones de dólares en el desarrollo de híbridos que son, por lo menos, un metro más bajo que los maíces convencionales.

Tendrán beneficios en el sistema radicular, en la densidad y en evitar el vuelco, un aspecto muy importante ante las turbulencias climáticas y la mayor frecuencia de vientos intensos.
Además, ofrecen gran plasticidad en el momento de aplicación de fertilizantes y agroquímicos.

Interés

Entre los proyectos más recientes en los maíces bajos, resalta el acuerdo entre Bayer y Pairwise, una empresa de alimentación y agricultura.

Es conocida por llevar el primer alimento genéticamente modificado al mercado estadounidense.

Bayer necesita acelerar su Smart Corn System, el programa de maíces de baja estatura de la compañía.

Dudas

En lo que respecta al futuro de los equipos maiceros con plantas de menor porte, uno de los interrogantes se basa en qué pasará con los actuales cabezales.

Han surgido diseños que permiten la recolección de maíces caídos y con cualquier distanciamiento y en cualquier dirección.

Esto es así en los actuales maíces, pero entre los productores de Estados Unidos surge la duda de cómo sería cosechar un maíz enano.

¿Servirán los cabezales maiceros que hoy se utilizan para cosechar en el futuro plantas de baja estatura?

Certezas

Los semilleros alegan que se ha resuelto los problemas que presentaron los intentos anteriores de imponer maíces «petisos» en Estados Unidos, incluidas las dificultades operativas con las cosechadoras.

Muchas terminaban cortando varias mazorcas y las máquinas levantaban piedras, con daños muy importantes.

Ahora, la altura de la mazorca, que tiene el mismo tamaño que en un maíz convencional, estará lo suficientemente arriba en la planta como para mantener la compatibilidad con el equipo de cosecha estándar.

También los defensores de los maíces “petisos” sostienen que la altura reducida favorece el trabajo de fertilizadoras y pulverizadoras.

Las plantas cortas se tornan más accesibles para los equipos en todo el ciclo del cultivo, creando la oportunidad para aplicaciones más oportunas y precisas.

Incluso, afirman los semilleros, se abre la posibilidad de suministrar el nitrógeno de maneras diferentes a las actuales.

Fuente: MaquiNAC