La siembra es un punto crítico en el cultivo de Alfalfa. En esa instancia se define el 70 % del futuro de la producción de forraje. Por esto, un equipo de investigación interdisciplinario del INTA Manfredi –Córdoba– junto con la empresa Vistaguay desarrolló un modelo de estimación sobre la calidad de siembra y cobertura en el cultivo de alfalfa, la principal forrajera del país.
Fernando Miguel Scaramuzza –investigador y especialista en agricultura de precisión del INTA Manfredi – señaló: “El modelo está basado en herramientas de agricultura de precisión y agricultura digital que permitirá desarrollar, validar y generar conocimiento de alto impacto con tecnología innovadora y sin precedentes para el cultivo de alfalfa”.
Hasta el momento, las metodologías manuales existentes para evaluar la calidad de siembra y cobertura demandan tiempo, esfuerzo y gran número de repeticiones que muchas veces no terminan siendo llevadas a cabo. Los beneficios de incorporar tecnologías de procesos sin incurrir en un costo económico impactan positivamente en la calidad de siembra y, en consecuencia, en las producciones futuras.
“Los drones permiten explorar y recolectar grandes volúmenes de datos y evaluar a mayor escala, con alta resolución espacial la cobertura del cultivo en diferentes momentos. La plataforma facilita el proceso de recolección de datos, el procesado de la información y se muestra como una herramienta sencilla para los usuarios que toman decisiones”, explicó Scaramuzza.
Y agregó: “El producto de este desarrollo permitirá a los usuarios ajustar y rediseñar escenarios productivos. Asimismo, será una herramienta de utilidad para el mejoramiento genético y ensayos en redes, que permitirá reunir información de calidad y cantidad de diferentes regiones del país”.
La propuesta consiste en protocolos de evaluación simples, prácticos e innovadores que a través de vuelos con drones y el uso de la plataforma de agricultura digital –Vistaguay– se pueda cuantificar la cobertura que presenta el cultivo de alfalfa en la siembra y a lo largo de su vida útil.
Si bien estos métodos son ampliamente utilizados en cultivos agrícolas, en alfalfa no existen antecedentes. Silvia Olivo –especialista en recursos forrajeros del INTA Manfredi– explicó: “La plataforma permite al usuario hacer el seguimiento del lote mediante vuelos de drones y procesamiento de imágenes satelitales con inspecciones a campo. La combinación de la alta resolución espacial de los drones y la escalabilidad del satélite permiten generar productos durante todo el ciclo del cultivo”.
Y agregó: “Este modelo de innovación es de fácil adopción, será una herramienta de utilidad para productores, asesores o investigadores, que demanden obtener datos de una manera rápida, objetiva y con volumen de información y avanzar así, hacia una alfalfa de precisión”.
El Investigador especialista en agricultura de precisión del INTA Manfredi Diego Villarroel comentó: “Actualmente el proyecto se encuentra en una etapa de calibración y validación de modelos para cuantificar la calidad de siembra y cobertura, comenzado la etapa de implementación por parte de los usuarios interesados en la próxima campaña de siembras”.
El uso de drones y la información generada a través de la plataforma de agricultura digital de Vistaguay aportará precisión para cuantificar la calidad de siembra y cobertura en el cultivo. “Así, usuarios con dron propio o contratando el servicio de vuelo, podrán a través de la plataforma, de acceder a información confiable”, agregó Villarroel.
Alfalfa en la Argentina
La Argentina es el segundo país en siembra de cultivo de alfalfa, a escala nacional la superficie sembrada es de 3,4 millones de hectáreas y asumiendo una persistencia, es decir, la vida útil del cultivo, en promedio de 4 años, se renuevan casi 850 mil hectáreas por año.
“El momento de la siembra y la persistencia del cultivo son dos pilares importantes en la producción y la amortización. De este modo, la falta de planificación, ejecución y evaluación de los parámetros mencionados, impactarán de modo negativo en la producción de forraje, y en consecuencia en la producción de carne o leche”, señaló Oliva.
Conocida como “la reina de las forrajeras”, es la principal forrajera en el país y forma parte de la alimentación en sistemas productivos base pastoril y confinados. Sumado a ello, a nivel mundial existe una demanda creciente de heno de calidad, Argentina tiene las condiciones y el potencial para abastecer dichos mercados.
Ensayos realizados por el equipo de INTA Manfredi demostraron que las siembras en donde el Coeficiente de Logro –proporción del número de plántulas logradas sobre el número de semillas viables sembradas– fue del 35 %, la producción de biomasa durante el primer ciclo productivo disminuyó un 30 %. Esto representa una pérdida de 4500 kilogramos de materia seca por hectárea o 225 kilogramos por hectárea menos de producción de carne.
“Los resultados obtenidos demostraron que una correcta planificación agronómica de la siembra directa y una adecuada regulación de la maquinaria permite alcanzar una emergencia rápida y uniforme, con un Coeficiente de Logro superior al 60 %”, comentó el investigador.
Sin embargo, al momento de evaluar la calidad de siembra, las metodologías propuestas demandan tiempo, esfuerzo y para ser confiables, gran número de repeticiones. Por lo tanto, el cultivo de alfalfa requiere de herramientas evaluación innovadoras y de fácil adopción que aún no han sido desarrolladas.
Olivo señaló: “El uso de drones, combinado con el procesamiento de datos a través de una plataforma de agricultura digital, convierte a los mismos en información precisa, presentándose así, como una herramienta innovadora y accesible para los usuarios”.