Entre las máquinas agrícolas que han saltado del formato de arrastre a alguna forma de autopropulsión, las tolvas autodescargables ocupan un lugar menor.

Existen desarrollos en el mundo, pero, en su mayoría, corresponden a adaptaciones que han hecho concesionarios para necesidades puntuales de sus clientes.

También hay casos en que los propios productores se encargaron de armar una tolva autodescargable de propulsión propia.

Por ejemplo, el concesionario Twist Ag, de Arkansas (Estados Unidos) llegó a ofrecer una tolva autopropulsada a U$S 39.000.

Fue desarrollada por productores estadounidenses que tomaron un modelo Brent 782 de 25.000 litros de capacidad y le agregaron el motor de 225 CV y la transmisión hidrostática de 3 velocidades de una cosechadora John Deere 8820.

En el ámbito estrictamente industrial, se conoce la tolva autopropulsada de 35.000 litros de capacidad que diseñó el fabricante alemán Holmer.

El equipo dispone de sistema de descarga mediante tubo trasero direccionable y fue montado sobre una plataforma multifunción TerraVariant, adaptada a las necesidades de la logística de cosecha.

La plataforma Holmer TerraVariant es ampliamente conocida por sus diferentes aplicaciones para el agro.

Incluye versiones de tanques estercoleros, fertilizadoras, cosechadoras de remolacha y tolvas semilleras.

Limitantes

Producir una tolva autodescargable autopropulsada con las capacidades mayores que hoy se encuentran en el agro, demandaría un alto caudal de potencia.

Para movilizar una tolva ubicada entre 40.000 y 50.000 litros de capacidad, requeriría una unidad motora poderosa.

Por lo tanto, implicaría una inversión considerable para tener sólo una máquina.

En cambio, si un productor o contratista compra un tractor de Mediana o Alta Potencia, además de tirar de una tolva, también puede usar el tractor en otras tareas.

Para requerir de menor potencia, la tolva debería ser de una capacidad inferior y no respondería a los requerimientos de alta autonomía en los trabajos de cosecha.

Fuente: MaquiNAC