Ante la reciente y significativa medida de incluir al maíz dentro del nuevo Programa de Incremento Exportador instrumentado en el decreto 378/2023, desde la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA) expresaron su preocupación por el efecto negativo que ésta producirá en el sector. A esta situación, se le suma otra negativa dada por la implementación de la Resolución General 5393/2023 que en su artículo 5º adiciona un impuesto del 7,125% a las importaciones de bienes que, en el caso de la industria de alimentos balanceados son materias primas (vitaminas, minerales, aminoácidos y otros) que no poseen reemplazo local y que se utilizan en la elaboración de estos alimentos balanceados, que atendiendo a dicha resolución, deberían entrar en la excepciones de Bienes Intermedios que apuntan a la canasta básica (entre ellos: pollo, huevo, leche y otras proteínas de consumo humano).
"Estamos realmente preocupados por la incidencia negativa directa que estas medidas han tenido sobre la elaboración de alimentos balanceados y las alzas de costos y precios que está generando en toda la cadena de la proteína animal que impactarán fuertemente en los consumidores" expresó Juan Pablo Ravazzano, Presidente de CAENA.
El maíz, como uno de los ingredientes fundamentales en la producción de alimentos balanceados para el ganado, huevo, leche, cerdo, aves y otras proteínas; constituye una pieza clave en el proceso de obtención de proteína animal para el consumo humano y también para el alimento para mascotas. No obstante, el aumento del precio del maíz a partir de este decreto, está afectando negativamente la estabilidad y sostenibilidad de la industria.
"Es importante destacar que el incremento en el costo del maíz se traduce directamente en un aumento considerable en los gastos de producción de alimentos balanceados. Estos costos adicionales se trasladan inevitablemente a los productores de carne, leche y huevos, quienes, a su vez, se ven forzados a ajustar los precios finales de sus productos para mantener la rentabilidad de sus operaciones. Como resultado, los consumidores finales se enfrentan a precios más elevados en la adquisición de productos de proteína animal, lo que genera una carga económica adicional en sus hogares y afecta el acceso a alimentos de calidad y nutrición esencial. Esta situación se vuelve especialmente preocupante en contextos socioeconómicos desfavorecidos, donde el acceso a una alimentación adecuada puede convertirse en un desafío aún mayor" detalló el presidente de la Cámara.
Sumado a esto, el impacto en el bolsillo de los consumidores, el aumento del precio del maíz también repercute en toda la cadena de la proteína animal. "Los productores se ven enfrentados a decisiones difíciles, como disminuir sus niveles de producción, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en el empleo y la economía local. La cadena de suministro también se ve afectada, lo que puede llevar a una disminución en la producción y un desabastecimiento de alimentos básicos para la población" alertó Ravazzano.
Frente a este panorama, Ravazzano comentó que "hemos elevado un pedido a las autoridades competentes para que se realicen acciones concretas a fin de estabilizar los precios del maíz y promover un entorno de producción más predecible y sostenible para nuestra industria. Además, solicitamos la implementación de medidas de apoyo y acompañamiento a los productores para mitigar los impactos negativos en sus actividades y garantizar el abastecimiento adecuado de proteína animal a la población."
Fuente: CAENA