En el presente artículo se estima la inversión que necesitó el sector productor de granos para afrontar las siembras de la campaña 2022/23. El financiamiento de estas inversiones en el sector agrícola resulta de gran importancia debido a la naturaleza cíclica y prolongada del proceso de producción. Los productores se enfrentan cada año a un desafío financiero, ya que deben realizar inversiones significativas en insumos agrícolas, mano de obra y otros gastos operativos mucho antes de recibir ingresos por la venta de su producción. Los granos para los cuales se estima el costo de insumos, siembra y pulverización en esta nota son soja de primera y de segunda, maíz temprano y tardío, trigo, girasol, sorgo, cebada cervecera y cebada forrajera.
En la campaña 2022/23 los costos asociados a la producción fueron particularmente elevados, debido a que la mayoría de los insumos tenían un precio muy alto al momento de la siembra. La conjunción de los altos costos de siembra y el tercer año consecutivo de escenario Niña, que generó una caída cercana al 40% en la producción granaría del país, terminaron de configurar una campaña más que complicada financieramente para el sector productor.
De este modo, se estima que los costos de siembra, pulverización e insumos habrían rondado los US$ 16.456 millones, siendo los más altos de, al menos, los últimos 7 años. Este importe resulta un 23% superior al de la campaña pasada, y un 47% mayor al promedio los últimos cinco ciclos agrícolas.
Los precios de los insumos agrícolas suelen estar estrechamente relacionados al precio de la energía, ya que esta influye directamente sobre sus costos de producción, en muchos casos, y sobre sus costos de transporte. Durante el año 2022, como resultado del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, el petróleo crudo alcanzó valores máximos desde el año 2008, y este escenario se vio reflejado en gran parte en el costo de los principales insumos. El siguiente gráfico muestra la evolución de los precios de tres insumos comúnmente utilizados en la producción de granos: el MAP (fosfato monoamónico), SPS (superfosfato simple) y urea, tomando como referencia el mes de junio de cada año. En el caso del SPS y la urea, los precios de 2022 casi duplicaron a los de 2021, mientras que el MAP aumentó un 48% interanual.
De este modo, el costo de producción por hectárea para cada grano en la campaña 2022/23 habría sido, en promedio, de US$ 656 para la cebada cervecera y US$ 521 para la forrajera, US$ 356 para el girasol, US$ 688 para el maíz temprano y US$ 664 para el tardío, US$ 387 para la soja de primera y US$ 298 para la de segunda, US$ 323 para el sorgo y U$S 534 para el trigo. Esto se calcula a partir de los datos de la Guía Estratégica para el Agro (BCR) y de la revista Márgenes Agropecuarios al momento de afrontar la siembra de cada cultivo para cada zona de producción, y realizando un promedio ponderado en función de su participación en el área sembrada a nivel nacional.
Si se compara con los costos promedios de los últimos 5 años, se observa que el costo de la siembra de cebada cervecera aumentó un 88% y la cervecera 82%, el girasol 60%, el maíz temprano 38% y el tardío 30%, la soja de primera 35% y la de segunda 31%, el sorgo 63% y el trigo 74%.
Multiplicando estos promedios por hectárea por la superficie sembrada que se estima para cada grano, basada en estimaciones propias de GEA y en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, se obtiene el costo total en que habrían incurrido los productores de Argentina en la campaña 2022/23, el cual asciende a US$ 16.456 millones y está compuesto por US$ 4.326 M para la soja de primera, US$ 3.948 M para el maíz tardío, US$ 3.148 M para el trigo, US$ 1.428 para la soja de segunda, US$ 1.363 para el maíz temprano, US$ 1.106 M para la cebada cervecera, US$ 803 M para el girasol, US$ 285 M para el sorgo y U$S 46 M para la cebada forrajera.
Es necesario aclarar que en este cálculo solo se computan los costos relacionados directamente con la producción, es decir, los costos relacionados a la siembra, fertilización y pulverización de los cultivos. No se computan otros costos de gran importancia en la ecuación de los productores, tales como el arrendamiento, los costos comerciales, de cosecha, el flete, los impuestos a los ingresos y a las ganancias, entre otros.
En un posterior artículo se indagará sobre los mecanismos que fueron utilizados por el sector productivo para financiar este importe, a través de distintos instrumentos financieros y canales de comercialización.
Por Franco Ramseyer – Javier Treboux – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario