Una sucesión viajes al exterior visitando otros feedlot, en Estados Unidos y Australia, fue la base desde la cual se diseñó el presente de Finca Santa Teresa. Es el establecimiento de engorde intensivo de ganado más grande de Mendoza, que por su nivel de tecnificación se posiciona entre los cinco más importantes del cono Sur. “Para nosotros la sanidad y bienestar animal es lo más importante”, cuenta Gabriel Salas, socio accionario y gerente del emprendimiento que pertenece a la Familia Millán.

Con la experiencia como un punto de partida, Salas se encargó de convertir cada visita en información e incorporó esas ideas al actual sistema de producción de carne vacuna a boca llena. Desde la maquinaría, las medidas de los corrales, la densidad de los animales por cuadro, la disposición de las telas de media sombra para aprovechar mejor el sol tanto en los meses de invierno como de verano. Todo en este establecimiento ocurre por una rigurosa planificación.

“Estamos entre los cinco mejores feedlot del país y también diría de Sudamérica. Hoy, otros establecimientos nos han copiado el sistema de trabajo”, explica con naturalidad Salas. Con una capacidad máxima para 10.000 cabezas de ganado, actualmente producen en promedio 6.000 animales y los proyectos de seguir expandiendo la producción han quedado atados a las actuales condiciones que impone la economía.

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“El promedio de producción en nuestro feedlot es acorde a como está el mercado, porque por un lado ha caído el consumo interno y por el otro, impulsado por la sequía y por las heladas, el costo del alimento se ha vuelto muy caro, porque hay menos maíz y no se consigue; es un tema de oferta y demanda”, agregó el empresario. Parte de la dieta de los animales es maíz picado o harina que proviene del sur de Córdoba o de San Luis.

EL COMPLEJO DE GOUDGE

La finca Santa Teresa había pertenecido a una empresa maderera, Salas vio su potencial y lo eligió para desarrollar el feedlot. Un campo que está ubicado en el distrito de Goudge, en San Rafael.

El establecimiento ganadero comenzó a funcionar hace 16 años en este terreno de 250 hectáreas que se divide en un área para el engorde, otra para el cultivo de grano, algunos cuadros de viña, de montes de ciruelas D’Agen y también de durazno para industria. “Ya sea para el sector ganadero o para el agrícola, el problema principal es la falta de agua; entonces tener un reservorio se hizo muy necesario”, contó Salas.

“De ese mismo reservorio se extrae el agua necesaria para alimentar el pivote de riego, para no gastar tanta energía en la extracción de agua de los pozos. Porque el costo de la energía es uno de los problemas que afronta la ganadería en general, si se hace una plantación de alfalfa, de centeno o cualquier otro forraje para el consumo para los animales, el costo de la energía que se necesita para producir es muy alto”, agregó Salas.

El feedlot Santa Teresa, que había nacido en el predio de una feria ganadera en Río Cuarto, se ha enfocado en dotar de tecnología a sus procesos de producción para mejorar el rendimiento agrícola y de los alimentos que producen para los animales del establecimiento, alimentos que permitirán una mejor calidad de la materia cárnica. “Además del pivot para el riego del campo, tenemos riego por goteo”, puntualiza el ejecutivo.

Entre los proyectos que llevan adelante, se trabaja en ampliar la capacidad agrícola del feedlot para aumentar la cantidad de alimento. Actualmente, en Santa Teresa se producen 3,5 millones de kilos de maíz de los 14 que son necesarios para sostener el sistema de boca llena. Cultivan 100 hectáreas de maíz, incorporaron un sistema de riego por pivote que cubre 40 hectáreas, trabajan en el cuidado del suelo, en su uso responsable; gestionando calidad tanto en la finca como el feedlot.

BANDERAS EN ALTO

“Prestamos mucha atención a la sanidad animal y a su cuidado; nosotros no usamos picanas, no trabajamos con perros, ni con caballo ni con cuatriciclos para el arreo del ganado; usamos banderas para que el animal no se estrese, es un trabajo rutinario, porque si el animal se estresa convierte menos kilos en carne”, detalla Salas.

La carne que producen tiene que ser de muy alta calidad para el consumo humano. “Entendemos que esas condiciones óptimas se logran a partir del medio ambiente en el cual que se mueve el animal; es desde allí donde parte nuestro cuidado”, explica el especialista.

Se trabaja con alta tecnología para realizar la trazabilidad del animal y tomar las mejores decisiones. Conocen la zona de donde proviene la tropa y la raza del animal de mejor rendimiento en el feedlot. “Con la información de origen y de salida, podemos calcular cuantos kilos convirtió por día, la ganancia de peso diario que se cruza con la información de la faena”, cuenta Salas. Los novillos que producen Santa Teresa pesan aproximadamente 400 kilos, son novillos livianos los que consume el mercado local.

Gabriel Salas agrega que el establecimiento de Santa Teresa se enfoca en el bienestar animal y que esto es reconocido: “Tenemos la suerte de que, desde las escuelas técnicas de la zona, los chicos vengan de visita con sus maestros para recibir clases sobre el cuidado animal; observar cómo es su tratamiento, cómo se vacunan. Trabajamos fuertemente en el cuidado animal, en evitar cualquier situación que le provoque un stress”.

RESPONSABILIDAD Y ESTRATEGIA

Además de los 20 operarios que posee la finca, el establecimiento ha motorizado la economía del lugar, generando no sólo la producción de granos para abastecerse sino también fuentes de trabajo para los pobladores de la zona. “Mucha gente participa en la cadena de producción; desde el pisado del grano hasta el armado de los bunkers. El feedlot derrama trabajo, es parte del rol social que cumple la empresa”, sostiene su gerente.

“No pensamos en expandirnos solo para cumplir con una misión comercial, sino con el objetivo de crear nuevos puestos de trabajo a los que gente del lugar tenga acceso”, puntualizó Salas. Así mismo, reconoció que la inflación y el dólar son problemas para planificar a largo plazo, más si, como es su caso, participan desde la cría hasta la comercialización.

Finca Santa Teresa está ubicada en un lugar estratégico porque toda la carne que se produce en el oasis Sur y en el Valle de Uco se faena en San Rafael, convirtiéndose la compra de este campo en una inversión real. “Nosotros estamos abocados al mercado de Mendoza, a mejorar su calidad; se está trabajando sobre la genética de los animales, pero es necesario que haya condiciones económicas más estables para seguir invirtiendo”.

Además de los avances del gobierno en infraestructura, Salas destacó que laespecífica de San Rafael trabaja con un fuerte apoyo y que también se ha comenzado a trabajar con “la Federación Agrícola Ganadera del Oeste Argentino, una nueva entidad que se está formando e impulsa un plan integral para el sector”. En Finca Santa Teresa todo está pensado para que sea parte del mismo ciclo; en el feedlot más grande de Mendoza nada es porque sí.

Fuente: Los Andes