Se estima que el ingreso de divisas en concepto de exportaciones provenientes del campo, en lo referente a granos y derivados, carnes vacunas y productos lácteos, sin contemplar economías regionales, llegarán a la suma de USD 31.000 millones, aproximadamente.
Un número horrible.
La reducción más dramática se registrará en las cadenas granarias y sus derivados, muy especialmente en el complejo de la soja.
En tal caso la baja en el valor de estas exportaciones respecto al año pasado sería de casi un 40%, términos muy redondos.
Para muestra, basta un botón: según la B.C.R. “habrían ingresado a las puertos y plantas del Gran Rosario un total cercano a 62 mil camiones portando soja en abril, aproximadamente la mitad de lo que ingresó en el mismo mes del año 2022. En total, las fábricas habrían recibido cerca de 1,8 millones de toneladas de soja por esta vía, representando el menor volumen desde que se llevan registros.”
Pero la cosa no termina acá.
Porque la industria procesadora necesita determinado volumen de soja para industrializar que no logrará encontrar en la plaza doméstica.
Como la reducción en la cosecha de soja sería de más o menos un 50%, necesitará importar poroto de soja por valor de alrededor de USD 5.000 millones.
A resultas de ello, el ingreso neto llegará a tan solo 26.000 mil millones de dólares.
Para llorar. Ahora sí que la gente comprenderá la importancia que siempre ha tenido el sector en la economía del país. Y en el bolsillo de cada ciudadano.
Como el campo es el principal generador de dólares, y dado el alicaído nivel de reservas por parte del Banco Central, la intensidad de la gravedad la dará la buena voluntad del Fondo Monetario.
Según sea la “ayuda” de este organismo, podrá mantenerse más tiempo el actual pseudo-plan económico.
Por lo tanto, la devaluación es una sombra que se aproxima día a día.
Así el cuadro, a medida que pase el tiempo, la sola posibilidad de que se produzca una devaluación de nuestra golpeada moneda, incentivará a los tenedores de soja a retener.
De esta forma, habrá de formarse un círculo vicioso.
Pero, vamos a lo sucedido en el mercado internacional en la jornada del lunes.
Safras & Mercado relevó el avance de la cosecha de soja, en Brasil, sobre el 96,6% del área apta, frente al 94,5% de la semana anterior. Y también al 97,3% promedio de los últimos cinco años.
Como vemos la trilla avanza sin mayores inconvenientes, salvo en Rio Grande do Sul que sigue siendo el Estado más atrasado.
El enorme volumen cosechado ingresando al circuito comercial evidentemente presiona a la baja de los valores.
No extraña entonces que los precios en Chicago hayan retrocedido (Julio USD 1,01 / Agosto USD 2,93).
Contribuyeron a tal baja, razón, las lluvias en EE.UU. que tienden a normalizar el déficit hídrico. Quedó clara la acción benéfica de las precipitaciones sobre zonas del Medio Oeste y del centro-norte de las Grandes Planicies.
El agua llegó en buena hora, así la humedad de los suelos en Iowa, Illinois y Missouri, se elevó.
Además, la siembra muestra un buen avance, al punto tal de estar más adelantada que en anteriores años.