La concreción de la Terminal Tacuarí y el desarrollo de ensayos en zonas del este y noreste del país, permitiría expandir el doble cultivo a todas las regiones del territorio, aspecto que es “el sueño” de Fadisol desde hace ya varios años. Para cerrar, Juan Foderé dijo que la apertura de mercados es importante porque no hay que competir a volumen, Uruguay debe “buscar un producto diferente al resto”.
-¿Cómo evalúa el actual momento del sector agropecuario?
-Lo veo bien. Creo que hemos tenido un antes y un después marcado por lo que fueron las productividades de los últimos años. Veníamos de un ritmo importante de buenas cosechas, tanto en invierno como en verano, con buenos precios. Lo mismo estaba sucediendo en el sector arrocero, estábamos con un ganado firme. Fueron años espectaculares, pero ahora nos toca un tropezón importante con la sequía, que indudablemente va a golpear a toda la cadena, porque no es solamente con los productores sino todos los que estamos atrás. Hay que dar vuelta la página inmediatamente y pensar en lo que se viene de cultivos de invierno. También vemos una ganadería que está tomando una buena posición, el arroz que va a tener una buena cosecha... Esto es así, el sector agropecuario es por ciclos y esperamos que “el de arriba” ahora nos acompañe.
-¿Cómo cierra finalmente la campaña de verano en maíz y soja, especialmente en la zona de mayor influencia de Fadisol, como litoral y litoral sur?
-Este año ha sido catastrófico. En soja entiendo que cosecharemos un 30% o 40% de lo que plantamos. Para el maíz no me animo a ser tan drástico, pero no es descabellado pensar que solamente vamos a poder trillar el 10% de lo que se plantó. Recordemos que en estos casos, en su mayoría se hace sobre chacras que fueron colza, trigo o cebada. Nos castigó el clima con la falta de lluvias y las altas temperaturas, especialmente en el mes de febrero que es cuando el maíz está a tope. Por esa razón, tendremos una cosecha de verano muy complicada. Pienso que lo que va a rendir peor es el maíz y luego la soja, por el área que es y porque además lo que podamos cosechar de lo implantado será con rendimientos que probablemente no superen los 1.000 kilos. En sorgo hacemos muy poco, algo sobre el norte en la zona de Ansina y alguna chacra en el este en la zona de Vergara en Treinta y Tres.
-¿Cómo vienen entonces las perspectivas para los cultivos de invierno?
-Venimos de un año excepcional, con cosechas increíbles y precios muy buenos, por más que tuvimos altos costos en el momento de las siembras. Ahora, por suerte, se lograron bajar en parte esos costos, sobre todo en lo que tiene que ver con fertilizante, con el nitrógeno. Eso es importante para la presupuestación de las chacras a hacer en invierno. Hoy en día, para los cultivos de invierno, vemos un área de cebada topeada en buena parte en lo que tiene que ver con destino a maltería, sumado a la superficie de cebada forrajera, sea para exportación como para el mercado interno que ha crecido mucho. El trigo va a crecer un poco con respecto al año pasado, y esto es fundamentalmente porque le va a ganar área a la colza.
-¿Qué puede pasar entonces con la superficie sembrada de cualquiera de los tres cultivos?
-Y bueno, respecto de la colza, considero que va a bajar porque lo que hicimos el año pasado fue algo loco, creciendo en una superficie que no llegaba a las 200.000 hectáreas y situándola en 350.000 hectáreas a nivel país. Ese crecimiento es bienvenido, pero debería ser algo más lento. Pensamos que la colza puede estar oscilando las 220.000 hectáreas, quizás 250.000 há, que si bien marca un descenso frente al año pasado, sigue indicando que estamos frente a un cultivo de excelente realidad, con crecimiento y afianzado en los sistemas productivos nacionales. El trigo, cultivo histórico en el Uruguay, puede volver a crecer en relación al año pasado y situarse entre las 280.000 y las 300.000 hectáreas. Y finalmente para la cebada, el área de industria de las malterías está entre 220.000 y 240.000 hectáreas, pero debemos sumarle unas 40.000 o 50.000 há de cebada forrajera.
-Luego de las últimas buenas cosechas de invierno, con buenos precios además, y este tropezón de verano el doble cultivo tomó un impulso mucho mayor, con el invierno como posibilidad de hacer caja y no solo una rotación o cubrir costos, ¿es así?
-En Fadisol siempre apostamos al doble cultivo, y además estamos con sede en la zona núcleo para ello: cerca de Colonia, Soriano y Río Negro. Seguramente crecerá o tendrá una visibilidad mayor a raíz del tropezón en la cosecha de verano, pero en nuestro caso conocemos de qué se trata y es lo que más nos gusta en materia de agricultura. Estamos con toda la fuerza de encarar una nueva zafra con tres cultivos importantes: colza, trigo y cebada.
-¿Cómo definiría la situación de la genética a nivel nacional y la calidad de semillas que se utilizan?
-Uruguay siempre ha sido un país de excelencia en este sentido, y genéticamente estamos muy bien, si bien quizás no sea yo la persona ideal para explicar este aspecto. Siempre hay por mejorar y descubrir, pero creo que estamos en un muy buen camino.
-Volvamos a la colza, porque fue una revolución la campaña pasada y mucho se habla de sus proyecciones. ¿Hay mucho por descubrir?
-Como te decía, siempre hay mucho por descubrir y mejorar, y el sector productivo uruguayo está acostumbrado a eso. Por eso Fadisol ahora cerró un acuerdo con Agrotop de Chile con un intercambio interesante para la colza. Vienen técnicos chilenos para aprender de aquí, y nosotros lo haremos de ellos. Allá es otro clima y otras tierras, sobre todo por el frío que es diferente. Sacan 4.500 kilos o 5.000 kilos por hectárea, pero también es cierto que plantan otras variedades, sobre todo invernales por ser un solo cultivo. Hay un intercambio técnico con los de acá y veremos en qué podemos mejorar. Ya estamos exportando colza a Chile desde el año pasado. Hicimos un trabajo importante con el MGAP y Leonardo Olivera a la cabeza para dar apertura al mismo, y el año pasado hicimos una prueba de exportación con 6.000 toneladas. Es un mercado distinto porque hasta ahora estábamos acostumbrados a exportar básicamente a Europa, que es un destino muy exigente y además es para consumo humano. En Chile es para consumo animal, fundamentalmente en salmones. Las exigencias quizás son menores y es un mercado donde Uruguay tendrá que fortalecerse. Por eso hicimos este convenio con Agrotop que nos compa colza aquí en Uruguay, y al ser como mencionaba para consumo animal las exigencias son diferentes que en Europa.
-Al ser más cerca, ¿el flete lo viabiliza más?
-No cambia demasiado. Hasta ahora lo hicimos vía terrestre, pero vamos a añadir la exportación en barcos, sobre todo porque pasamos de exportar 6.000 toneladas a unas 60.000. Es un volumen importante. Lo hacemos con empresas colegas que invitamos, y pensamos que está muy bueno porque el productor tiene otra opción. Nosotros acopiamos y no tenemos que hacer todos los análisis que exigen los fitosanitarios de Europa.
-Han estado probando cultivos de invierno en el este, y además existe la posibilidad de viabilizarlo logísticamente y en costos si se concreta la Terminal Tacuarí. ¿Cómo va este tema?
-Es nuestro sueño. Venimos trabajando desde hace muchos años en el proyecto Terminal Tacuarí para tener salida del este y noreste por Brasil, y estamos a un pasito. Pensamos que los cultivos ya son viables, hace 2 o 3 años que venimos probándolos y las evaluaciones marcan que se comporta en casos de igual o mejor manera que en el sur. En el caso de la cebada además tenemos la posibilidad de usarla como forraje, y hay un gran potencial para trabajar.
-¿La inserción internacional es clave en este sentido?
-Es lo que todos queremos: entrar a más mercados y poder competir en el mundo. Otros países tienen menos exigencias, pero nosotros debemos buscar un producto diferencial al resto, que además lo tenemos y debemos posicionarlo de esa manera. Dios quiere que podamos hacer cultivos de invierno en todo el país, es nuestro sueño desde que comenzamos con el proyecto Terminal Tacuarí. Tenemos un país espectacular al costado nuestro con el que podremos hacer muchas más cosas.
-¿Cuáles piensa que son los principales desafíos de aquí hacia adelante?
-La apertura de mercados es importante, para estar siempre compitiendo. Nosotros no podemos competir con grandes volúmenes, entonces debemos mostrar algo diferente y especializarnos en lo que podemos exportar. Hay que trabajar en genética, tener buenas calidades y que quien produce saque mayor cantidad de kilos en carne o grano.
Exportación de colza a Chile
La colza uruguaya ha registrado una expansión muy interesante en los últimos años, la cual se dio de forma rápida, accediendo además a los mercados más exigentes del mundo, como sucede con Europa. En el caso de este mercado, el destino de la colza nacional es para consumo humano, pero desde el año pasado existe la posibilidad de explorar el mercado chileno, el cual queda más cerca para los fletes y además tiene como destino el consumo animal, más precisamente como alimento de salmones. Este aspecto, además de dar unaopción más a los productores, reduce el número de exigencias fitosanitarias que tiene el mercado europeo.
En este sentido, Fadisol y Agrotop firmaron un acuerdo que establece la posibilidad de exportar colza a dicho país. El próximo miércoles 12 de abril, en la planta de Fadisol en Ombúes de Lavalle, en la intersección de las rutas 12 y 55, se hará un evento abierto al público para presentar datos de este nuevo programa. En horas de la tardecita, se hará la presentación del plan comercial entre Agrotop Chile y Fadisol para 2023, terminando con un brindis para todos los presentes.
Apoyan esta iniciativa comercial Agroenfoque, Proquimur e IPB semillas.