La medida tomada actualmente, similar a la adoptada en septiembre y en diciembre del año pasado, es realizada en un contexto de escasez de producción nacional de granos por la sequía. Esto significa que a las dificultades para conseguir harina de soja se le sumará la suba de precio y el aumento de su precio que hace crecer el costo de producción en al menos un 10%.
Por otro lado, hasta el momento no han sido pagadas las compensaciones que el gobierno anunció en enero de este año, como paliativo por el “dólar soja 2” de diciembre.
Este tipo de parches macroeconómicos generan una distorsión enorme en la economía y castigan a sectores como el porcino que en 2023 viene creciendo un 12,3%, agregando valor en origen y creando trabajo genuino en el en el país.