Lo dijimos mil veces, y lo reiteramos una más, porque parece que el interlocutor no lo entiende (¿o sí, y sigue eligiendo castigarnos?). Se trata de una medida que nos afecta a todos los productores, en especial a los pequeños y medianos, que nos impacta de lleno en la línea de flotación, en medio de los tremendos efectos de diversas inclemencias climáticas (sequía histórica, granizadas y heladas) que no sólo no pudimos resolver aún, sino que todavía no se efectivizó casi ninguna de las medidas de apoyo que anunció (y también más de una vez) el gobierno.
Seguramente haya amigos del poder que ganen con esta medida. Y el mismo Estado pueda aliviarse con algunos dólares. Pero todo esto es a costa nuestra. Porque no sólo no tenemos dólares ni producción para vender para beneficiarnos, sino que, como ya dijimos en las ediciones anteriores, esta medida distorsionaría todo el escenario en el que sobrevivimos quienes producimos. Provocaría subas en los arriendos, en los precios de los alimentos y fertilizantes. Complicaría así a pequeños ganaderos, tamberos, agricultores tradicionales, agricultores familiares, y a todos los productores de las economías regionales.
De hecho, para aplicarla, el gobierno destinaría miles de millones de pesos, mientras siguen dilatando los apoyos que comprometieron para los miles que estamos destrozados por la sequía, las heladas y las granizadas.
En síntesis. Ya no pueden argumentar que no saben los efectos nocivos que provocarán. Por el contrario, parece que los buscan. Por lo que le pedimos encarecidamente al gobierno Nacional que no avance en este sentido. Que, por una vez, nos tienda una mano para ayudarnos, y no para seguir pegándonos mientras miles nos hundimos.