Quienes tuvimos que asumir en 2008, la pretensión del Gobierno Nacional de apoderarse de los ingresos y por ende del futuro de los productores agropecuarios, no hicimos más que reclamar de manera pública, el retorno a la institucionalidad en materia impositiva, que en aquel entonces se había quebrado.
Lo que Rossi llama violencia, debiera caberle a quienes ostentaban la máxima jerarquía en el Gobierno, que descalificaban día a día a los productores y a la producción, tratando de yuyo a la soja, producción, a la que paradójicamente, hoy recurren para sostener los ingresos fiscales.
Sería útil a la verdad y a la historia que el Ministro, dejara de lado su prejuicio ideológico y distinguiese entre el reclamo legítimo de una enorme cantidad de productores y la ciudadanía que los acompañaba, de la verdadera y cruel violencia política, que se instaló hace más de 50 años en Argentina.
Confederaciones Rurales Argentinas, deplora todo tipo de violencia, por ello se siente injustamente agredida, cuando se le imputa un hecho histórico que la tuvo como co-protagonista, de manera parcial y equívoca, pretendiendo adjudicarle una conducta sectorial que nunca tuvo.
Lamentamos que un Ministro, continúe denostando a los productores para defender con inexactitudes el pasado y el presente, de un Gobierno que navega en su propia incompetencia.