Y llegaron las subas. En la posición marzo mejoró USD 5 por tonelada. Así pasó a USD 552,72.
El martes 28, hizo USD 547, 62.
¿Compras de oportunidad? Todo indica que sí.
Después de cinco días negativos, el Mercado ajustó al alza.
El repunte parcial en Chicago resultaría más por cuestiones técnicas ligadas a los movimientos de los fondos que por fundamentos.
El detonante del cambio podría ser las condiciones de calor y sequía que no ceden en la Argentina.
Apuntalan las mejoras el sostenido retraso de la cosecha en Brasil.
Pero cuidado que el volumen de cosecha va a ser histórico.
Brasil tiene la pelota.
Veamos este punto.
StoneX subió para Brasil su estimación de productiva de 154,21 a 154,66 millones de toneladas. Este número está muy por arriba del volumen estimado por el USDA de 153 millones, en febrero.
En tanto en nuestro país la situación es alarmante. Cada día que pasa se confirma con mayor fuerza el peor escenario productivo para la Argentina, que como sabemos talla fuerte en el mercado global.
Creemos que la producción nacional de soja apenas llegará a 30 millones de toneladas. Ello implica una reducción en la recaudación impositiva del orden de USD 3 mil millones. Solo por el complejo sojero.
El problema no es solamente éste.
¿Además de menos producto habrá menores precios?
Lo terrible es que esta contracción no va a quedar compensada por mayores precios aun cuando la oferta argentina es determinante en la formación de los precios internacionales.
Quizás sea la harina de soja argentina la que escape, parcialmente, a este fatídico destino.
Porque nuestro país es un gran proveedor, difícil de sustituir.
Hasta ahora, el estrés hídrico en Argentina ha sido un sostén para los precios internacionales de los commodities agrícolas. Y aunque no fue suficiente para compensar los costos del sector productor, al menos contribuyó algo en amortiguar el problema.
Pero ahora, por la oferta en ciernes de la soja brasileña, las perspectivas revelan un cuadro de mayor escepticismo.