Sabiendo este problema, y hoy, en el día del tambero la situación se sigue agravando.
Ante esto, no nos queda más remedio que denunciar:
Que por ser el eslabón de la cadena donde ajustan ineficiencias y aprietes, somos víctimas de abusos por parte del Estado Nacional y sus organismos autárquicos y descentralizados.
Que en estos días somos rehenes de la AFIP, que además de desconocer la crítica situación en la que nos encontramos todos los productores de leche del país, actúa sin contemplación en desmedro de la normativa vigente en materia de emergencia y desastre agropecuario materializándose en cobro sistemático de multas y embargos.
Que además se nos imponen nuevas exigencias de imposible cumplimiento, que literalmente nos impiden seguir alimentando a nuestros rodeos, como lo es la Resolución Conjunta 5235/22. Dicha norma nos obliga a sacar “Carta de porte Electrónica para Derivados Granarios”, en reemplazo del tradicional remito. Esta imposición se da en momentos en que la enorme mayoría de los tambos se han quedado completamente faltos de pasto y de reservas, y toda la alimentación de las vacas debe traerse de afuera.
Es por ello que, en el día del tambero, desde la CEEA no podemos si no denunciar que los productores de leche estamos al borde del precipicio y los Estados Nacional y provinciales nos están dando el último empujón hacia el abismo.