De las tres partes de la cadena láctea, somos los productores tamberos los que estamos bancando la situación actual.

De los eslabones de la cadena industrial láctea, el eslabón tambero es el que a partir de su precio bajo amortigua todas las distorsiones de la macroeconomía. Hay que remarcar que no hay ni hubo voluntad política de hacer las reformas estructurales intracadena.

El tambero es el más vulnerable por el precio que recibe de su leche cruda. El resto de la cadena se financia con el quebranto del tambero. Los planteos hechos no parecen sensibilizar a los funcionarios del Ejecutivo Nacional, que no se hacen cargo de un drama insostenible. Al momento no tuvimos ninguna respuesta satisfactoria.

Hoy no hay más posibilidades de seguir produciendo. Hace más de 15 meses que los productores tamberos están produciendo a quebranto. De hecho, según datos oficiales, ya han desaparecido más de 400 tambos hasta octubre de 2022. En estos días observamos con dolor el remate de tambos por todo el país. Lamentablemente, se empezaron a liquidar vaquillonas y terneros, situación que atraviesan todos los productores, pero en los últimos quince días se ve una importante venta de tambos, con vacas donde se evidencia que ha golpeado la falta de alimento. Ya no hay un lugar donde el sector esté más afectado, sino que el problema es generalizado, a todas las cuencas y los tamaños.

¿Qué hace que lleguemos a este punto? El productor que vende el tambo es porque ya no puede continuar por dos factores que hacen de la situación terminal: la sequía registrada desde hace dos años o más en algunos casos, y la imposibilidad de comprar alimentos externos como el maíz o pellets de soja, por el alto costo que hoy representa. Los alquileres tienen precios distorsionados. El precio que se le paga al productor por litro de leche no acompaña ese aumento en los precios de los insumos, por lo que se queda sin la posibilidad de adquirirlos e inevitablemente termina vendiendo los rodeos de producción.

La Emergencia Agropecuaria, en las provincias que se declaró, es insuficiente. Esperamos un Estado que brinde herramientas, que compense el bajo precio que recibe el productor, quita de retenciones para que se recupere el precio al productor, financiamiento específico para el sector, fondos rotatorios, que ayuden al sistema productivo lácteo esta producción es inviable en un país donde solo se propicia el monocultivo y la concentración. Necesitamos medidas en forma urgente. Porque mientras el tiempo pasa y el gobierno especula, los productores van quedando en el camino, la producción también celebra Navidad, Año Nuevo, da descanso a sus trabajadores, y los tambos no paran nunca, nos acomodamos a las fechas y las circunstancias, nuestra producción es de 365 días del año y no sólo cuando los políticos se decidan a gobernar.