Las elevadas temperaturas del verano, cada año, plantean el desafío de realizar un manejo adecuado para minimizar el impacto en las diversas actividades productivas. Frente a este contexto, desde el INTA brindan una serie de recomendaciones para reducir el riesgo por estrés calórico en el ganado lechero. Entre las pautas de manejo se destacan contar con sombras artificiales en los corrales de espera, así como en los potreros. En paralelo, es importante realizar un proceso de enfriamiento del animal.
Para esto, Miguel Taverna -especialista del INTA Rafaela, Santa Fe- ponderó el sistema de mojado-ventilación evaluado desde hace varios años en INTA Rafaela y validado por numerosos productores. “Existen dos sistemas de enfriamiento para mejorar el confort y disminuir el estrés calórico: los que utilizan la gota fina, tipo neblina, propuestos para ambientes donde la humedad relativa es muy baja, y los que combinan el mojado mediante una gota gruesa y posterior ventilación forzada, propuestos para ambientes donde se combinan situaciones de humedad relativa media y alta, con temperaturas elevadas”, detalló. Este último es el recomendado por el INTA para nuestro país.
De acuerdo con Taverna, “este sistema puede ser instaladas en corrales de espera de instalaciones de ordeño, plataforma de alimentación (es necesario piso cemento) y galpones de encierro permanente”.
Sobre el funcionamiento de este sistema, el especialista explicó que alterna un mojado del lomo del animal utilizando gota gruesa –de 3 a 5 milímetros de diámetro– con la posterior aplicación de ventilación forzada, acción que, al evaporar el agua, genera el enfriamiento y bienestar del animal. El esquema general está compuesto por un depósito de agua, un filtro, una electrobomba, un tablero con temporizador, llaves de corte y protección, válvula solenoide de dos vías, llave de paso y aspersor.
De esta manera, Taverna sugirió utilizar este equipo bajo una serie de condiciones. En primer lugar, el ciclo de mojado debe ser de 40 segundos de duración, teniendo en cuenta que la combinación de tiempo/caudal implican una utilización aproximada de 1 litro por vaca por ciclo; 10 litros por aspersor por ciclo, y entre 78 litros por aspersor por hora. Esta relación de tiempo y caudal permite el mojado del lomo de la vaca sin que la lámina de agua llegue a la ubre, provocando la contaminación de los pezones. Por otro lado, el especialista detalló que, el ciclo de ventilación forzada debe tener una duración de 7 minutos para evaporar el agua.
Por último, Taverna explicó que se debe aplicar como mínimo tres ciclos completos de mojado más ventilación a cada vaca antes de cada ordeño.
De esta manera, investigaciones realizadas demuestran que el efecto de confort logrado se prolonga por 2,5/3 horas posteriores. “En la media que operativamente se pueda aplicar con mayor frecuencia diaria este proceso de enfriamiento, mayores serán los beneficios productivos, reproductivos y sanitarios”, remarcó el especialista en ganadería lechera.