Dentro de la biomasa, se encuentra la cáscara de maní, donde en Córdoba ya hay 4 empresas que llevan adelante el proceso de generación de energía con este insumo, y se sumará una planta más a partir de 2024. A la fecha, totaliza una potencia instalada de 25 MW. El aprovechamiento de la cascara de maní, además de generar nuevos empleos e ingresos a nivel local, mejora la sostenibilidad del sistema productivo cordobés.

Las fuentes de energía renovables toman cada vez más protagonismo a nivel global, en particular en las últimas décadas donde el cambio climático y distintos conflictos geopolíticos obligan a los distintos Estados a utilizar una mayor proporción de estas en su matriz energética. Las energías renovables representan una solución sostenible en el mediano y largo plazo. Dentro de las fuentes renovables se pueden considerar las siguientes: eólica, fotovoltaica (solar), hidráulica y bioenergías que comprende la biomasa y el biogás.

Los beneficios de recurrir a fuentes alternativas de energía es que disminuyen la presión sobre fuentes de energías no renovables mejorando así también la conservación de recursos escasos y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Mejoran la competitividad de la economía, permiten mayor flexibilidad antes shocks externos y no menos importante, sobre todo en el escenario actual de Argentina, reducen las importaciones. Además, explotar este tipo de energías permite que lugares que se encuentran aislados y no tienen acceso a la red puedan contar con energía.

El panorama energético para Argentina en 2022 está dividido tal y como se muestra en el siguiente gráfico, donde la mayor fuente energética es la térmica, con el 62,1% del total. Las energías renovables e hidráulica representan en conjunto el 31,4 % del total. En la provincia de Córdoba, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A (CAMMESA) contabiliza desde el año 2011 los gigavatio/hora (GWh) generados de energía renovable. Hasta 2016 solo se explotaba la energía hidráulica, en el año 2017 apareció en el escenario el biogás y para 2018 la matriz estaba conformada además por energía proveniente de la biomasa y eólica. Se observa que, a raíz de la aparición de estas otras opciones renovables, la participación de la energía hidroeléctrica en el total ha tendido a disminuir, aumentando así la eólica. En particular en el último año de referencia, 2021, la energía eólica representó el 54% de la energía generada, mientras que la hidráulica un 29%.

Se consideran los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos ya que son de rápida realización por no requerir largos estudios técnicos, económicos y ambientales que si están asociados a los grandes proyectos.

Una alternativa a considerar: la biomasa

Los biocombustibles sólidos son una fuente de energía elaborada a partir de la biomasa, es decir de residuos de materia orgánica de origen vegetal y/o animal proveniente de la actividad agrícola, industrial y/o forestal. La biomasa puede ser usada directamente como combustible o procesada y convertida en subproductos líquidos y gaseosos. Este tipo de aprovechamiento genera potencial para desarrollar herramientas locales sostenibles.

En un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se cuantificó la oferta directa e indirecta de biomasa. La primera se entiende como el producto obtenido de una actividad agropecuaria, como por ejemplo el maíz en el uso de biocombustibles. Mientras que la oferta indirecta se obtiene como resultado del proceso de transformación industrial, por ejemplo los residuos o subproductos. En 2020 se estimó un total de poco más de 10 millones de toneladas de biomasa para Argentina, de las cuales 5,6 millones de toneladas correspondían a los ingenios azucareros, 3,1 millones de toneladas a la industria forestal, 300 mil toneladas a procesadoras de maní y 1,1 millones de toneladas al resto de las actividades que comprende desmotadoras, bodegas, molinos de arroz, hornos de carbón, poda urbana, procesadoras de jugo, semilleros, molinos de yerba, procesadoras de mandioca, frigoríficos y secaderos de fruta, acopiadores de tabaco y procesadoras de nuez pecán.

La producción de energía en base a cáscara de maní en Córdoba

Córdoba es por excelencia la principal productora de maní, representando el 82% del total nacional. La producción se concentra en el centro-sur provincial, aunque las empresas procesadoras locales también cultivan en provincias vecinas como La Pampa, San Luis y Buenos Aires para abastecer su actividad industrial. Del proceso de transformación de este cultivo, se obtiene un residuo con gran potencial y que antes se quemaba, la cascara de maní, que es en promedio un 30% de la producción [esta relación de 70% grano y 30% de caja es teórica, pudiendo haber variaciones]. Sin embargo, no toda la cáscara se puede aprovechar en el proceso de generación de energía. Para la utilización de cascara como biomasa solo rinde un 20%, el 10% restante son cáscaras y tierra mezclada, muy difícil de usar como biomasa, por lo que se descartan.

Para la campaña 2021/22, de acuerdo con el Departamento de Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba, se obtuvieron unas 280.835 toneladas de cáscara de maní. De las cuales, 187.224 toneladas corresponden a cáscara que se puede aprovechar y las restantes 93.612 toneladas son residuos. A nivel departamental, con un 26 % Río Cuarto es la mayor productora y generadora de cáscara de maní que se puede usar en la generación. Le siguen los departamentos de General Roca y Juárez Celman con 21% y 15% de participación respectivamente. Como se mencionó con anterioridad, la producción de maní se extiende a otras provincias vecinas, como La Pampa, San Luis y Buenos Aires cuya participación en el total de la producción nacional es 4%, 5% y 11% correspondientemente. En los departamentos de General San Martín, Juárez Celman y Río Segundo se desarrollan 4 empresas que llevan adelante este proceso de distintas formas y una nueva que está pronta a sumarse.

Por su parte, la Aceitera General Deheza (AGD), localizada en Juárez Celman, fue la primera empresa argentina en contar con una caldera de biomasa, la cual produce desde 2001 vapor de agua que es utilizado en sus procesos de molienda de granos y desde 2008 energía eléctrica, que satisface parte del consumo de la empresa. Esto último es posible mezclando cáscara de girasol y maní (en una proporción de 60/40 respectivamente), por lo que, de las 500 toneladas usadas, 200 son de maní y las restantes 300 de girasol. Con esa cantidad de biomasa se pueden crear 10 megavatios por hora (MW) de energía, empleándose 40 personas en el proceso.

En 2017, también en el departamento de Juárez Celman, Prodeman, abrió su central térmica generadora de energía eléctrica usando cascara de maní propia y/o de terceros. El proceso comienza cuando las 240 toneladas de biomasa ingresan a la caldera donde se queman generando vapor. Este mueve la turbina que alimenta un generador que produce energía eléctrica que se incorpora al Sistema Interconectado Nacional de Energía. La producción de la central es de 10 MW por hora, lo que satisface la demanda de 18.000 casas y genera directamente 22 puestos de trabajo.

En Ticino, departamento de General San Martín, en 2018 la empresa Lorenzati Ruetsch y Cía., pone en funcionamiento GTB (Generación Ticino Biomasa) su central de generación de energía renovable, cuya materia prima principal es la cascara de maní y ante la escasez de esta se puede utilizar chip de madera. Mediante el proceso llamado RANKINE se quema la cáscara de maní produciendo calor que genera vapor de alta presión y temperatura en el domo de la caldera. Éste ingresa a la turbina y se expande para generar trabajo mecánico en su eje, accionando un generador electrónico que produce electricidad. Se puede generar 4,63 MW por hora de energía y para el proceso se usan 100 toneladas diarias de cáscara, interviniendo 35 trabajadores.

Finalmente para 2019, en el departamento de Río Segundo, Maglione Hnos. inaugura su planta en Las Junturas. Su método difiere al del resto dado que, la energía se obtiene a partir de un proceso termoquímico que se le hace al maní para producir un gas combustible, que se utiliza en un motor generador conectado a una red. El 60% de la biomasa utilizada es cascará de maní y el restante 40% corresponde a chalas, trozos de madera y residuos de la cosecha agrícola; por lo que con 20 toneladas puede producir 0,7 MW de energía, empleando 10 personas en el proceso. Actualmente esta planta no se encuentra en funcionamiento.

En el mes de octubre del corriente año se sumó otra empresa en el departamento de Juárez Celman. La firma Maniagro, que actualmente se encuentra en el proceso de ingeniera de la planta, espera a mediados de 2024 poder generar energía a partir de la cáscara de maní. Esta energía se generará a través del ciclo ORC (Organic Rankine Cycle) o también llamado Ciclo Rankine Orgánico, el cual convierte calor en trabajo mecánico utilizando agua como fluido de trabajo. La generación bruta será de 3,2 MW, de los cuales quedarían 2,8 MW para consumir, el resto lo utilizará la planta. Para ello, se estima que se usaran entre 22.000 y 25.000 toneladas de cáscara de maní.

En total, la producción de energía en base a cáscara de maní en Córdoba alcanzaría una potencia instalada de 28,5 MW (contando la planta de Maniagro que aún no se encuentra operativa). La biomasa necesaria para operar las plantas se estima en 638 toneladas diarias y se necesitarían 107 empleos dedicados exclusivamente al proceso.Se observa en los meses de enero y mayo una disminución en la generación de energía por parte de Prodeman. Las causas de esto son variadas, por un lado en el verano es difícil alcanzar un alto rendimiento dado que las altas temperaturas influyen en los procesos del ciclo. Por otro lado, anualmente en el mes de marzo se hace una parada menor de la planta para mantenimiento, aprovechando que todavía no ha ingresado el maní a la planta de procesamiento, que puede durar entre dos o tres semanas. Además, cada 5 años se hace una parada mayor que dura un mes, allí cesa el funcionamiento de las turbinas por lo que cae la generación. También se puede asociar a lo anterior, la falta de biomasa ya que recién en el mes de mayo ocurre la cosecha y por lo tanto posteriormente se puede comenzar el proceso de descascarado.

Otras fuentes de energías

Para cuantificar la importancia de fomentar estas fuentes de energía alternativa, se procede a realizar una comparación con otros tipos de recursos energéticos de la provincia, según datos del Ministerio de Economía. Para ello en el siguiente cuadro se puede ver la potencia instalada, que representa la cantidad máxima de energía que se puede producir con cada una de esas fuentes.

En el caso de generación eléctrica a partir del biogás [gas producido a partir de biomasa de origen agrícola-ganadero, como por ejemplo el purín de cerdo, estiércol bovino y silaje de maíz. O de origen agroindustrial, como los destilados de maíz, efluentes de frigoríficos, residuos orgánicos industriales como chala y marlos], la provincia cuenta con una potencia instalada de 15 MW, y se encuentra dividida en nueve proyectos. También es posible obtener energía de los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PAH) [comprende centrales hidroeléctricas de hasta 50 MW de potencia instalada. Se dividen en aprovechamientos acumulados, que corresponde a agua embalsada en diques, y de paso o también llamados de agua fluyente], cuya potencia en Córdoba es de 121 MW, distribuida en 10 empresas. Mientras que, en el caso de la tecnología eólica, donde actualmente se encuentran tres proyectos operativos, cuenta con una potencia de 128 MW.

Si consideramos la energía proveniente de proyectos hidroeléctricos grandes, donde superan los 50 MW de energía generada, encontramos la central hidroeléctrica Río Grande con una potencia instalada de 750 MW y la central Los Molinos que cuenta con una potencia de 52 MW.

Para dimensionar la participación de Córdoba en el país, actualmente se encuentran 16 proyectos activos en Argentina cuya fuente o tecnología usada es la biomasa, donde Córdoba cuenta con 4 de estos. Así, la provincia participa en un 12% de la potencia instalada total en el país, superando a Chaco con una capacidad de 19 MW (9% de participación) y Buenos Aires que cuenta con 7 MW (3%). Córdoba presenta un gran potencial en la generación de energía a través de biomasa, ya que cuenta con los recursos tanto en cantidad como en calidad. De esta manera, no sólo se aumenta la sostenibilidad de la agroindustria cordobesa sino que también se generan empleos e ingresos a nivel local. Con políticas claras y un contexto macroeconómico más estable, se podrían realizar las inversiones necesarias para seguir avanzando en este camino donde las oportunidades abundan.

Fuente: Bolsa de Cereales de Cordoba