Las detecciones se originan en el marco de los reportes de monitoreos de soja por parte de los Nodos de la Red, con diferentes presiones: en las regiones Este de Córdoba (riesgo bajo), Centro Norte de Santa Fe (riesgo medio y alto, según localidad), y Centro Sur de Santa Fe (riego medio), Sur de Santa Fe y Oeste de Bs. As. (riesgo bajo a medio), Norte de Bs. As. (riesgo alto) y Sureste de Bs. As. (riesgo bajo).
Dado que mayormente el cultivo se encuentra en un estadio vegetativo temprano y frente a una campaña productiva, que sin dudas, continuará atravesada por la sequía, es necesario prestar especial atención al seguimiento lote a lote en esta instancia. Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones producen mayor estrés en las plantas, lo que hace que tenga menor tasa de crecimiento, que causa una disminución en su capacidad de defensión frente a la plaga.
Desde la Red MIP, que nuclea referentes en asesoramiento profesional de cultivos de todo el país, sugieren al momento de los monitoreos no se pierda de vista que esta plaga al colonizar un lote de soja en estadios vegetativos iniciales, se aloja en el brote apical, y queda allí protegida por las hojas no desplegadas por una especie de “tela araña” que la misma suele tejer.
Frente a esta dinámica, el recuento de Isoca bolilleras con paño vertical –herramienta privilegiada para los recuentos de insectos- no suele poseer la eficiencia esperada, ya que con los golpes de las plantas estos insectos no salen de los brotes de estas y por ende no caen en la canaleta, por lo que puede no advertirse su presencia. De este modo, recomiendan que en esta etapa el monitoreo se centre también en la observación directa brote a brote de las plantas.
Acerca de la plaga y el daño en el cultivo
La Isoca bolillera (por su nombre científico Helicoverpa gelotopoeon) es una plaga de importancia económica por los daños que ocasiona y demanda un conocimiento del sistema Plaga-Cultivo-Ambiente. Su hábito de proliferación y consumo va cambiando de acuerdo a la etapa de desarrollo del cultivo: puede consumir brotes en los estadios vegetativos iniciales, hojas en momentos previos a la floración y también alimentarse de granos en el período reproductivo.
Esta característica implica particularidades en las formas de muestreo, umbrales y medidas de control.
Desde la Red MIP recomiendan tener presente las siguientes condiciones de la plaga:
• Puede atacar durante todo el ciclo del cultivo de soja. Especialmente presenta mayores niveles de daño en etapas vegetativas iniciales como también en etapas reproductivas tempranas.
• Puede ocasionar pérdidas económicas con bajas densidades poblacionales.
• Cuando ataca en etapas vegetativas tempranas ocasiona pérdidas indirectas, relacionadas con la ruptura del brote apical, cambio en la arquitectura de la planta, menor número de nudos productivos y baja inserción de las vainas en la planta.
• En estas etapas, si el cultivo está estresado, la planta presenta menor capacidad de compensación de daños.
• En estadios reproductivos tempranos ocasiona pérdidas económicas directas al consumir el grano.
La importancia del monitoreo sistemático
Desde la Red MIP ratifican al monitoreo planificado y sistemático de este tipo de insectos como uno de los pilares fundamentales que tiene la protección profesional en soja y que asesores y productores deberían tener en cuenta.
Según indican, el monitoreo de cultivos se presenta como el arte de diagnosticar situaciones del cultivo frente a adversidades bióticas y abióticas. Su información es la base para la toma de decisión de intervención. En el caso puntual de la Isoca bolillera, esta práctica durante todo el ciclo del cultivo es insoslayable para evitar pérdidas innecesarias de rendimiento.
Por otro lado, mencionan que a la hora de tomar medidas de control químico, el uso de insecticidas debe tener ciertas precauciones: aquellos que cuentan con persistencia solo van a controlar la plaga durante el período en que se aplique y la planta emita brotes nuevos. Esos brotes nuevos no van a estar protegidos. Más allá de la persistencia o no, la eficacia de control es muy importante.
Hay moléculas como las del grupo de las diamidas (Grupo 28 IRAC) que se imponen, no tanto por la persistencia (atributo muy conocido por ese grupo), sino por la buena eficacia de control en este tipo de plagas cuando ataca estadios vegetativos tempranos y se encuentra protegida en los brotes.
Insecticidas del grupo de los piretroides (aumentando dosis normales de uso) pueden aportar a la rotación de principios activos, sobre todo cuando la densidad poblacional de la plaga no excede demasiado los umbrales de acción.
Por otro lado, destacan como método de protección al control biotecnológico. La soja comercialmente conocida como soja INTACTA, mantiene buenos niveles de control. Es por esto, según explican, que sigue siendo necesario proteger esta tecnología con buenas prácticas agrícolas.
Por último, recuerdan que los umbrales de acción en la aplicación de insecticidas son valores orientativos, ya que en ataques durante el período vegetativo no están muy claros. Por lo que es clave observar el cultivo y tomar una decisión (subir o bajar el umbral) de acuerdo a la condición en la que se encuentre (tasa de crecimiento normal o inferior por estrés) y los valores arrojados por el monitoreo.
Fuente: AAPPCE