Las cuentas hablan a las claras, en lo que va de noviembre el Banco Central vendió poco más de u$s950 millones en un contexto en el que la liquidación de divisas del agro acumula apenas u$s670 millones. Luego del éxito del dólar soja de septiembre, cuando ingresaron más de u$s7.000 millones, tal como anticipó Ámbito, el Gobierno no descarta lanzar una segunda edición de la medida que ofrece un tipo de cambio diferencial para las ventas de soja, durante una ventana de tiempo acotada y con la que podría sumar entre u$s3.500 y u$s5.000 millones.
Lo cierto, según pudo averiguar este medio, es que en el sector exportador afirman que el posible lanzamiento del dólar soja II no fue un pedido de la propia industria, sino más bien que nace de la necesidad del Gobierno de conseguir un puente hasta la próxima cosecha de soja. La sequía de trigo complicó todos los planes del Gobierno que esperaba un diciembre y enero calmo de la mano de los dólares del cereal. Las pérdidas productivas que hoy afectan al trigo y retrasan la siembra de soja podrían hacerle perder a la Argentina, al menos unos u$s5.000 millones.
Por otro lado, un análisis del propio sector es que los productores que tenían soja por vender ya lo hicieron en la oportunidad de septiembre y, si el equipo económico de Sergio Massa lanza una nueva edición del dólar soja, todo dependerá del tipo de cambio que se establezca. La suba de los financieros y el blue traen más desconfianza entre los agricultores que todavía conservan grano de la oleaginosa en sus silos.
Según las estadísticas oficiales, hasta el momento de la cosecha 2021/22 quedan por comercializarse unas 11,5 millones de toneladas y por otro lado hay unas 4,3 millones de toneladas con precio a fijar. Teniendo en cuenta los precios FOB actuales eso significaría más de u$s6.000 millones almacenados en los silobolsas. Esos son los dólares que necesita el Gobierno para lograr una cierta calma para lo que resta del año y comienzos del próximo.
En líneas generales, un nuevo dólar soja podría implicar el ingreso de entre u$s3.500 y u$s5.000 millones y aquí el Gobierno también juega con una carta a favor. La desastrosa campaña de trigo podría acelerar la necesidad de financiación de algunos productores pero lo cierto es que, por otro lado, aquellos que lograron guardar grano hasta esta altura del año son los que cuentan con la mayor espalda financiera. Es decir, grandes empresas agropecuarias y grupos de siembra. Así es que todo está por verse.
Es por ello que sobre el tapete está cuál sería el valor ideal que podría ofrecer el equipo económico para tentar a estos grandes productores agropecuarios o la letra chica de la medida. Todavía resuena del descontento en el sector de la marcha y contra marcha del BCRA respecto a quienes podían comprar dólares financieros luego de haber vendido a través del dólar soja.
A pesar de que las aguas se calmaron y la resolución del BCRA no alcanzó a personas físicas, la desconfianza en el campo es moneda corriente respecto a la generosidad del Gobierno y su necesidad de contar con más divisas.
Finalmente, el último punto a tener en cuenta es que desde que fuentes del propio Gobierno afirmaron que no se descarta la puesta en marcha de un nuevo tipo de cambio diferencial para la soja de la campaña 2021/22, las ventas por parte de los productores prácticamente se terminaron de paralizar. Es que la especulación ahora es esperar a conseguir un mejor valor y, si el Ejecutivo no lanza la medida, debería entonces rápidamente descartarla para que el mercado continúe fluyendo. Se vienen días de definiciones y una vez más los dólares de la soja son la piedra preciosa de la economía argentina.
Fuente: Rosario Finanzas