Pablo Pettiti es productor y fanático de la cosecha. Para él, la perspectiva que ofrece la cosechadora desde su cabina no se compara con nada. Y si esa cosechadora tiene la más evolucionada tecnología, ni hablar. "Es asombroso", dice. "Ni el mejor maquinista con todas las luces puestas en lo productivo logra los niveles de eficiencia que obtiene una LEXION 8800. La capacidad de ajustar las regulaciones cada 5 minutos o 100 metros de lote de acuerdo a las condiciones del cultivo para que no consuma combustible de más o no parta ni tire grano... Solo la inteligencia de estas máquinas hace posible ir siempre en rangos óptimos, desde que arrancás hasta que parás", reflexiona.
Pettiti es cordobés y, además de en su provincia, también produce en Santiago del Estero. Y, se nota, le apasiona lo que hace. Con base en Río Tercero y Quimilí, siembra unas 6.500 hectáreas propias. Pero no siempre fue así. Proveniente de una familia de comerciantes con campos propios en el sureste cordobés puestos en arrendamiento, con el tiempo, comenzó a trabajarlos y a hacer valer su profesión de ingeniero agrónomo. Así, de a poquito fue creciendo hasta completar la empresa de hoy.
"Siempre tuve la idea de trabajar en campos propios y ese concepto también lo extendí a la maquinaria", resalta. Primero compró una sembradora, luego una pulverizadora y después llegaron las cosechadoras. "Empecé con otra marca hasta que se dio la posibilidad de comprar una CLAAS. Apunté a estas máquinas porque conocía su capacidad de trabajo, su eficiencia en la recolección, el bajo porcentaje de pérdidas... Y como yo cosecho lo mío, las pérdidas me importan muchísimo", enfatiza.
La primera fue una LEXION 750 en 2014, que luego cambió por una LEXION 760. En 2020 sumó la primera LEXION 8800. Y al año siguiente, la segunda. Hoy, Pettiti tiene dos unidades de la cosechadora más potente del mercado.
Para este productor cordobés, la tecnología es un camino de ida y la forma de optimizar los procesos productivos. Por eso aplica agricultura de precisión: mapeos, siembra variable, corte por surco... "Y en todo este proceso el rol de la cosechadora es fundamental, con ella recolectamos lo que esperamos todo el año", dice y advierte que esa es la razón por la cual, a pesar de tener operarios para que hagan el trabajo, a él no le gusta perderse la fiesta.
"Estar arriba de la cosechadora me da una perspectiva visual de lo que pasa en el cultivo. Veo si hay malezas, si la densidad generó mejores o peores rindes... Me subo para después analizar lo que veo en los mapas", relata.
Y en este proceso tiene un gran aliado: el CEMOS, el sistema líder de asistencia al operario con el que CLAAS equipa a sus cosechadoras, picadoras y tractores. "La tecnología de la máquina es fantástica", dice Pettiti sin dar muchas vueltas. Y los elogios se explican porque este sistema no es otra cosa que un experto a bordo que ayuda durante el trabajo diario. El CEMOS ajusta automáticamente a la máquina y el operario no debe realizar ninguna acción.
Desde que Pettiti es usuario de CLAAS ha comprobado por sí mismo la evolución de los nuevos modelos en cuanto a volumen de trilla. "Mi cambio de la LEXION 760 a la LEXION 8800 fue notorio. Te vuelve un poco fanático porque la capacidad de trabajo es asombrosa. Los camioneros me dicen: no puede sacar tanto maíz una sola máquina. Cuando hay un buen día de trabajo y el cultivo rinde bien, esta máquina puede sacar entre 35 a 40 camiones tranquilamente", cuantifica.
Otro aspecto que destaca de la LEXION 8800 es su eficiencia en el consumo de combustible. "Hoy la incidencia del gasoil es muy significativa, y por eso evalúo siempre el consumo por hora de trabajo, por tonelada cosechada, por hectárea cosechada. El consumo es bajo y la capacidad de trabajo es alta, eso la hace una máquina eficiente. No tiene pérdidas, tiene un bajo consumo, el CEMOS te colabora para que la máquina vaya en su nivel óptimo, no malgasta potencia del motor...", dice entusiasmado y agrega otro dato para nada menor: los motores Mercedes Benz, bajo normas de tratamiento de emisiones Tier 5 con que vienen equipadas estas máquinas, respiran aire puro y cuidan el ambiente.
"Si estoy arriba de la cosechadora me siento tranquilo porque sé que está todo bien. Es el momento de recoger los resultados. Eso lo hace glorioso", finaliza.