“Se trata de un hito histórico para nuestro equipo de trabajo y para el INTA, porque no hay en el mundo un producto como este para esta enfermedad”, expresó Karina Trono, directora del Instituto de Virología del INTA y líder del equipo de trabajo.
La leucosis bovina es una enfermedad viral que afecta exclusivamente al ganado bovino. Es generalmente asintomática, pero en los casos en que se manifiesta lo hace en forma de linfosarcomas fatales, en alrededor del 10% de los animales infectados por el Virus causante, un retrovirus denomnado BLV (de Bovine Leukemia virus en ingles). Las consecuencias son directas por la pérdida del animal pero también indirectas por lucro cesante consecuente al linforsarcoma debido a la falta de terneras de reposición, falta de litros de leche producida, anticipo de refugo y tratamientos sintomáticos inconducentes. Además, perdidas en el intercambio comercial de animales en pie y material genético por las regulaciones impuestas por los distintos países. No hay vacuna ni tratamiento específico actual. La vaca que cursa con linfosarcoma termina muriendo indefectiblemente
Desde hace más de 10 años el equipo de investigadores - integrado por especialistas del Instituto de Virología y de la Estación Experimental Agropecuaria Rafaela, Santa Fe– junto con especialistas de la Universidad de Liege –Bélgica– trabajan en el diseño de estrategias para reducir la prevalencia de la enfermedad.
El objetivo fue hacer un desarrollo que permita a los bovinos estar protegidos contra la infección de campo. La idea fue desarrollar una vacuna usando una cepa viral atenuada modificada genéticamente es decir que permita que el animal este protegido contra la cepa de campo pero a la vez tenga una respuesta inmune similar a la respuesta natural para no infectarse con la cepa circulante. “Pudimos modificar genéticamente el virus de la leucosis bovina que, entre otras cosas, significa que le ‘redujimos el poder de contagio y el poder de provocar tumores que posee’”, explica Karina Trono.
Luego de la evaluación y aprobación de la Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Agropecuaria (Conabia), de la Dirección de Mercados –de la Secretaría de Agricultura de la Nación– y de la Coordinación General de la Dirección de Estrategia y Análisis de Riesgo del Senasa, presentaron la primera cepa vacunal contra la Leucosis bovina. Se trata de un avance científico que brindará sostenibilidad a la producción ganadera, en línea con los objetivos de Una Salud.
De acuerdo con los resultados de la investigación a campo -desarrollada en el INTA Rafaela-, la cepa BLV DX 6073 mostró ser más benigna que el virus presente en la naturaleza.
En términos científicos, la cepa BLV DX 6073 contiene el genoma viral completo, no hay genes agregados ni modificación de los marcos de lectura. El genoma de la cepa atenuada contiene las regiones genéticas regulatorias denominadas LTR en ambos extremos sin modificar, además de todos los elementos que codifican para sus genes estructurales y que regulan e intervienen en la integración celular, la replicación y expresión de los genes virales.
“Para construir la cepa atenuada, el genoma completo del Virus de la leucosis bovina (BLV) fue amplificado de un caso natural y clonado en un vector comercial. Utilizamos técnicas de ADN recombinante clásicas para eliminar las regiones que provocan la infección generando una nueva construcción denominada BLV DX 6073”, detalló Trono.
Más del 80 % de los tambos de la Argentina –y de los países productores de leche de América, Europa Oriental y de Asia– están infectados con el virus de la Leucosis bovina. “Por esto era imperioso contar con un producto que, de a poco, facilite el descenso de la prevalencia y permita progresar hacia la erradicación de la enfermedad”, agregó Trono.
Este desarrollo tecnológico le permitirá a la Argentina ofrecer en el mercado un producto con más garantías de inocuidad. “El provirus no fue detectable en ninguna de las muestras de musculo y órganos para consumo provenientes de vacas infectadas con la cepa vacunal , mientras que sí fue detectado en las muestras procedentes de la infección natural”, aseguró Trono y agregó que “se observó una reducción drástica de provirus en leche, en comparación con la cepa natural de campo, así como el primero no fue detectado en el calostro”.
En este sentido, Ruth Heinz -directora del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (Cicvya) del INTA- expresó que la mejora de las condiciones de seguridad alimentaria, a través la incorporación de innovaciones tecnológicas como la cepa BLV DX 6073 en un marco de desarrollo sustentable, “se vislumbra como una alternativa válida que ofrece productos agropecuarios y alimentarios seguros para el medio ambiente y para el consumo”.
“Esto representa una oportunidad de ofrecer a la comunidad un producto de mayor seguridad alimentaria, libre de un virus tumoral de percepción negativa”, indicó y puntualizó: “El uso de esta nueva tecnología permite agregar valor a la leche y a la carne bovina producida y por ende la disminución del riesgo para la salud pública”.
Si bien la cepa BLV DX 6073 aún no forma parte de un producto comercial, su uso potencial es como principio activo en un sistema de profilaxis sanitario contra la leucosis bovina.