El mes de septiembre quedó muy lejos de ser una respuesta al difícil tránsito de los cultivos de invierno en el centro del país y por otra parte, la ausencia de precipitaciones en el sudeste de BA, traslado a este sector las preocupaciones respecto del resultado final de la fina para esta campaña.
En el recorrido del mes pasado, gran parte de la provincia de BA, sur de ER, sur de SF y sur de CB, acumularon precipitaciones muy bajas, por sectores nulas. En esta zona el patrón de circulación y la oferta de agua, prácticamente no experimentó variantes y de alguna manera, aun cuando las temperaturas mostraron cierta recuperación, el mes de septiembre, quedó acoplado al comportamiento invernal, con el agregado de que ni siquiera se lograron montos normales parecidos a los de un mes de invierno.
La oferta de agua fue mejor en el centro norte entrerriano, con un máximo que decantó algo de agua sobre el oeste, con mejoras insuficientes que alcanzaron a desplegarse en forma de corredores sobre el centro de la provincia de CB y el centro noreste de SF.
La performance pluvial puede considerase buena en el sudoeste bonaerense y el centro sur de LP (este), aunque el corte de las lluvias con buenos milimetrajes es muy rápido cuando nos movemos hacia el norte y hacia el este. Este corte tan extremo en el patrón de precipitaciones hacia el resto de la provincia de BA, define la influencia negativa de la zona de alta presión sobre el continente, la cual como vemos, también afecta el sur de las provincias del centro.
En el norte del país, las lluvias fueron buenas en la provincia de Misiones principalmente, condición extendida a gran parte de la zona oriental de Paraguay y las vecindades de Brasil. Atendiendo la seca hidrológica, la continuidad de este patrón es muy beneficiosa para recuperar caudales, pero es poco probable que se logre la continuidad necesaria para una recuperación total de la situación a lo largo del semestre cálido. El proceso parece irse revirtiendo, pero la tendencia es aun negativa y la normalidad de los ríos está todavía lejos de llegar. Sin embargo, se dan pulsos con mejoras temporarias importantes en el norte de la cuenca.
Fueron muy destacadas las precipitaciones sobre la zona de influencia de Comodoro Rivadavia, donde se acumularon 160 milímetros a lo largo del mes, cuando apenas 17 milímetros es el valor medio. Este comportamiento no fue tan extremo en la estepa patagónica de Chubut y el norte de SC, pero los acumulados igualmente fueron más generosos que los habituales para la zona. En las últimas jornadas del mes pasado, algunas lluvias de importancia se concretaron en el NOA, con máximos importantes para la época en la franja agrícola de Salta y zonas más puntuales de La Rioja y Catamarca. Chaco y SdE, no recibieron precipitaciones o las mismas fueron en forma de lloviznas insignificantes.
La fuerte anomalía pluvial que domina gran parte de la provincia de BA y el sur de las provincias del centro, concentra toda la atención debido al momento de definición que transitamos en la campaña de los cultivos de invierno. Esto aún no impacta tan dramáticamente en el sudeste de BA, pero insinúa un proceso que tiende a complejizarse en esta emblemática zona triguera del país. Este patrón no es tan hostil en el sudoeste bonaerense y en el sur de LP. Aparece el centro norte de ER y alguna vecindad de SF, como un rompimiento del extendido déficit pluvial que vuelve a reproducirse con fuerza en todo el NEA, resolviéndose más favorablemente hacia Misiones, con un cambio de patrón sobre el norte de esta provincia.
En definitiva, rescatando comportamientos zonales positivos, el patrón pluvial de septiembre distó mucho de representar una mejora a gran escala y como resultado el paso al mes de octubre se hace bajo una inaudita presión sobre la urgente mejora pluvial.
El retroceso de las reservas y el avance de la seca es naturalmente lo esperado. Si consideramos, como mencionamos, la salida deficitaria del invierno y le sumamos el comportamiento de septiembre, no queda otra cosa que arribar a un escenario de estrés que ya es definitivo para vastos sectores de la fina en la franja central del país. Subyace una gran incógnita para el inicio de las siembras de la gruesa.