La inflación más alta de los últimos 20 años, el poder adquisitivo en caída libre, las jubilaciones por el piso, la pobreza en aumento y un sin fin de consecuencias negativas que se vienen arrastrando desde hace muchísimos años.
Fuente: INDEC
Año 2022 y se sigue desarmando la estructura económica del gobierno, las piezas se mueven de acá para allá y todos muerden de la misma torta: el bolsillo del contribuyente.
Hagamos un breve repaso sobre los cambios que se fueron dando en el gobierno durante el último tiempo:
El día 4 de Julio asume Silvina Batakis como ministra de Economía luego de la salida de Martín Guzmán quien presentó la renuncia el mismo fin de semana de pago de aguinaldos. Si, eso se llama causa y efecto para con el dólar y apunta principalmente al ahorro del ciudadano.
Fuente:: INTAGRO S.A.
Volviendo a Batakis, la primera expresión de la flamante ministra de Economía Silvina Batakis fue “El derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo” y añadió “Cuando uno hace compras en el exterior y esos dólares son los que deberían haber ido al sector productivo, estamos dañando el futuro de todos los argentinos”.
Lejos de llevar tranquilidad para una economía emergente y decadente, pretende apagar el fuego como lo hacen en el Delta del Paraná.
El día 14 de julio el gobierno anuncia la suba de la percepción de ganancias y bienes personales del dólar turista del 35% al 45%. Esta medida afecta al dólar turista y a las personas que realicen consumos en el exterior con tarjetas (excluye a las compras de moneda extranjera para atesoramiento). Esto provoca la renuncia de Cosentino al frente de la Comisión Nacional de Valores. Sebastián Negri ocupa su cargo quien se desempeñaba como vicepresidente.
El día 18 de julio los agroexportadores piden bajar las retenciones con la finalidad de conseguir mayores ventas de soja por parte de los productores/acopiadores. El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, solicitó al gobierno la búsqueda de medidas alternativas para generar un mayor flujo de mercadería.
Las ventas de la última cosecha son proporcionalmente las menores de los últimos 20 años.
El día 27 de julio el Banco Central anuncia el dólar soja, donde el productor puede a través de este mecanismo y como consecuencia de sus ventas, colocar el 70% en un depósito bancario sin plazos, cuyo valor está atado al del dólar oficial y el 30% restante destinarlo a la compra de dólares al tipo de cambio oficial más impuestos. El mismo regirá hasta el 31 de agosto.
Una medida que no logra intensificar las ventas del sector y ya se piensa en su modificación.
El día 3 de agosto asume Sergio Massa en el Poder Ejecutivo como un “super ministro” y tiene bajo su mando las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca, incluyendo además las relaciones con los organismos multilaterales de crédito.
Daniel Scioli, quien era el titular de Desarrollo Productivo, volverá a la Embajada Argentina en Brasil. Julián Domínguez quien estaba al frente del Ministerio de Agricultura renunció a su cargo.
Poquito más de un mes para que el productor agropecuario pueda digerir todos estos cambios.
Las decisiones económicas del gobierno impactan de lleno en la venta de granos. Con aproximadamente un año por delante de gestión (PASO presidenciales), con decisiones groseras aún por ejecutar y con devaluaciones paulatinas, solo vende mercadería quien tiene una agenda ajustada de vencimientos a pagar.
Si a esto le añadimos la volatilidad del mercado internacional y su impacto en el valor de los granos, no hay análisis que resista. Pretender leer un mercado tan volátil como el que se presenta hoy, es como jugar a la ruleta. La fluctuación de precios dada principalmente por las tensiones geopolíticas, la guerra sin final entre Rusia y Ucrania, el clima en los principales estados productores de los Estados Unidos, la Fed y su modificación de las tasas de interés para frenar la inflación, la incertidumbre económica que continúa arrastrando a nuestro país, etc, resulta imposible de predecir y no hay antecedente de mercado que determine el ritmo de los precios.
Al productor no le queda otra opción que tomar coberturas con la compra de opciones call (en el caso de ventas forward) o simplemente la compra de opciones put y esperar sentado sin arriesgar ni vender más de lo necesario.
En tanto y en cuanto el gobierno no seduzca al campo con alguna medida económica significativa, los granos van a continuar reposando.
Por Emiliano Piccardo -Intagro S.A. y Docente de AgroEducación
Fuente: Agroeducacion