Fue un día verdaderamente negro. Así se inició la semana.
Los precios de la soja, a lo largo de la jornada, evolucionaron en baja en el mercado de Chicago.
De esta forma, quedaron atrás las seis ruedas favorables, por las que el precio había mejorado notablemente.
Y no solo quedó golpeado el grano. El precio del aceite y el de la harina también bajaron.
La posición septiembre del primero se redujo cerca de USD 53, quedando en USD 1412,92. Y la de la segunda descendió USD 14. Así, quedó en USD 473,66 por tonelada.
Después de estos días pasados, de gran entusiasmo, un balde de agua helada cayó sobre los mercados.
Sin embargo, estas bajas no deberían ser tan sorprendentes.
Suele suceder que luego de una seguidilla de alzas, surgen aquellos que aprovechan para tomar ganancias.
Los inversores habrían decidido que las ganancias eran buenas y que era el momento de efectivizarlas.
La pregunto que uno se hace es ¿por qué este lunes?
Una respuesta seria se basa en la caída, más o menos pronunciada, del precio del petróleo que venía en visible suba.
Justo al comenzar el mes los precios del petróleo cayeron.
El gráfico lo muestra con claridad.
Seguramente, la baja esté relacionada, también, con el primer despacho de granos recientemente salido de los puertos de Ucrania.
Y, además, con la decisión de Indonesia de aumentar sus exportaciones de aceite de palma.
Pese a ello, no deberíamos caer en el desánimo.
Nadie puede predecir el futuro. Pero sí, analizar las variables que pueden afectarlo.
En este sentido, hay una principalísima: el clima en la zona agrícola del principal exportador mundial de granos y subproductos, EE.UU.
Ella se la que abre una gran esperanza de mejora en el precio internacional.
Es cierto que hay algunas precipitaciones dispersas previstas para estos días, especialmente para el este de la zona núcleo norteamericana.
Pero la realidad es distinta. Los pronósticos extendidos el organismo oficial estadounidense de 6/10 y de 8/14 días hablan de temperaturas superiores a las normales y de escasez de lluvias.
El mapa publicado el 28 de julio pasado es claro. El preocupante color amarillo -y más todavía el naranja y rojo- está esparcido por buena parte de la zona agrícola.
El amarillo (anormalmente seco) está bien expandido.
Así el cuadro, es el mercado climático el que habrá de condicionar la evolución de los precios. No debemos olvidar que este país está en el momento crítico de definición de rindes.
Otra razón favorable es la que muestra el comportamiento del dólar.
El recorrido del dólar venía en ascenso. El índice del dólar estadounidense, que mide su valor frente a una cesta de otras divisas importantes, ha subido un 10% en lo que va de año.
Pero después de muchas jornadas de subas, el índice dólar viene mostrando una clara tendencia a la baja, desde mediados del mes pasado.
Una mirada al gráfico que sigue lo aclara:
En definitiva, el aumento en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal no fue tan acentuado.
Además, el temor a la recesión se está diluyendo.
Con este cuadro, es factible que en algún momento próximo los precios retomen la senda alcista.
Veremos…