Tras las lluvias, las reservas hídricas se recomponen en Buenos Aires

Hasta la semana pasada, el déficit hídrico se agudizaba sobre el norte y el centro bonaerense: la condición de sequía se expandía sobre el 50% de los suelos de la provincia, algo que no sucedía desde los últimos 15 años. Sin embargo, se revirtió en la última semana de julio.

Desde el 21 al 27, se produjeron lluvias de más de 30 milímetros en el 40% del territorio bonaerense que recompusieron los perfiles edáficos de la provincia, dejando solo un 5% de los suelos en condición de sequía. “La circulación tropical provocó el posicionamiento de aire más cálido y húmedo sobre la región pampeana. Esto pudo ser capitalizado por el contraste entre las masas de aire permitiendo el desarrollo

de sistemas precipitantes generalizados sobre el territorio bonaerense”, explica el Dr. Aiello. Los acumulados oscilaron entre los 15 a 40 milímetros con algunos valores que estuvieron por encima de las medias mensuales como fue el caso de Saladillo con 60 mm y Las Flores con más de 100 milímetros. Las lluvias continuaron ausentes en las provincias de Córdoba y Santa Fe.

Lamentablemente, esto no se extendió hacia la zona núcleo. Las lluvias continuaron ausentes en las provincias de Córdoba, Santa Fe y en el extremo noreste de Buenos Aires. ¿Qué muestran los pronósticos de corto plazo? No habrá cambios relevantes en la oferta hídrica al inicio de agosto. “Deberemos esperar el avance del nuevo mes para ver si otro ingreso de aire cálido y húmedo se extiende un poco más hacia el centro del país permitiendo alguna recuperación del nivel de lluvias sobre el centro de la región núcleo equivalente al que tuvo Buenos Aires”, explica el consultor Elorriaga.

“Paralizados”: así esperan los trigos el agua que no llega

La falta de agua no da tregua en zona núcleo y los trigos siguen creciendo lento. Los lotes clasificados como regulares y malos superan las 300.000 ha. “Necesitamos unos 40 mm antes del 15 de agosto para que el trigo no comience a perder potencial de rinde”, dicen desde Carlos Pellegrini. Mientras que en Colón, localidad menos castigada por haber recibido unos 30 mm en junio, el crecimiento también se ve resentido: “hacen falta de 20 a 30 mm en los próximos días para afrontar los momentos de mayores requerimientos y complementar con lluvias en agosto y septiembre para maximizar rindes”, advierten los ingenieros.

“No hay más chances de sembrar, sin arriesgar un montón”

Lo dicen desde Bombal. La siembra triguera llega a su fin y se consolidan las 1,3 M ha sembradas, 400.000 ha menos que hace un año. En gran parte de región núcleo no se ha podido jugar la última carta, la de los ciclos cortos por falta de agua. “No hay más margen para los trigos de ciclo corto ya que el cultivo no podría lograr su potencial de producción”, dicen los técnicos de Bigand.

Sin lluvias, la fertilización del trigo será menor que el año pasado

Se esperaba corregir las dosis de fertilización en macollaje. Pero las lluvias no llegaron a la región y muchos lotes quedarán con niveles de nutrientes muy por debajo de los del año pasado. En Carlos Pellegrini señalan que ya no podrán completar los esquemas de fertilización por la falta de agua. En Bigand y Bombal, el nitrógeno es el nutriente que más se redujo en las dosis en la fertilización. Sin embargo, allí se abre la chance de sumar niveles de nitrógeno si aparece alguna lluvia. En Gral. Pinto, la mayoría del trigo pudo fertilizarse con nitrógeno a la siembra, pero las dosis fueron menores que la campaña anterior. Los altos costos de los fertilizantes limitaron las dosis y se esperan menores rindes potenciales que el año pasado. En lotes de siembras más tardías se aplicaron dosis de base a la siembra con el anhelo de completar la fertilización con la ocurrencia de alguna lluvia. Maíz 22/23: las intenciones de siembra del cereal temprano se definirán “sobre la hora”.

Hay consenso entre los técnicos de la región GEA en que el área destinada a maíz temprano dependerá, en última instancia, de la ocurrencia (o no) de lluvias durante el mes de agosto. Los milimetrajes requeridos varían de acuerdo a la zona pero se habla de no menos de 40 mm para humedecer correctamente el suelo. “Es necesario que se acumulen más de 100 mm y bien distribuidas para humedecer correctamente el perfil”, dicen desde Bigand.