SE REINSTALA LA ESTABILIDAD
En estas últimas jornadas, el tiempo se ha presentado algo más inestable, con vastos despliegues de coberturas nubosas pero con muy pobre oferta de agua. Entre lunes y martes las provincias del centro recibieron unos pocos milímetros, algo más generosos sobre la provincia de ER, aunque igualmente lejos de aspirar a un comportamiento normal.
En este cierre del mes de junio y ya sin chances de que se observen nuevas lluvias de importancia, toda la región pampeana ha quedado muy por debajo de los valores normales, observándose mejores precipitaciones en áreas del norte de la Mesopotamia. Sobre el noroeste de la Patagonia, las lluvias y nevadas suman como para lograr acumulados más cercanos a los normales para la época, quizá la única región del país que logre este comportamiento, incluso con algunos signos de abundancia.
En estos días de transición hacia el mes de julio, las perspectivas pluviales no generan ningún tipo de optimismo. Convengamos, como hemos mencionado en artículos previos, que no es una época en la que se suelen dar lluvias que puedan compensar los faltantes del otoño. Normalmente, durante los meses de invierno sólo se dan lluvias de mantenimiento, algo más generosas en la franja este. Lo que venimos viendo es un retiro generalizado de las lluvias, aun cuando sobre el este, se vengan ofertando algunos milímetros más.
Las lluvias previstas para el recorrido de esta semana se pueden observar en el mapa. Como vemos las mismas son prácticamente nulas. Los escasos milímetros que pueden concretarse, remiten más bien a episodios de lloviznas o lluvias débiles asociadas al aire frío que se mezcla con el aire húmedo en la franja este del país. Sobre el oeste la disponibilidad de humedad normalmente es muy baja en esta época y en consecuencia, es muy improbable que se concreten lluvias.
Los atrasos en las siembras en muchos sectores de SF, CB, oeste de BA y LP, están muy ligados a la mala performance pluvial de la segunda parte del otoño. Las siembra que aun puedan hacerse se harán en un contexto de mucho riesgo ya que es muy poco probable lograr recargas del perfil hasta el mes de septiembre. Bajo estas circunstancias y suponiendo que la humedad remanente es suficiente para sobrellevar las primeras etapas fisiológicas, las plantas quedarán muy dependientes de la llegada perentoria de las lluvias del mes de septiembre. No es para nada un escenario que ayude a tomar decisiones, en todo caso, queda claro que si se pretende implantar bajo estas circunstancias, se deberán hacer manejos agronómicos muy conservadores, que tiendan a no forzar la escasa disponibilidad de agua del perfil.
Esta persistente falta de precipitaciones, no necesariamente la justificamos con la presencia del fenómeno La Niña. Debemos recordar que el otoño fue frío, es decir, todo el trimestre marzo mayo promedió temperaturas medias que quedaron por debajo de los valores normales. Cuando el continente se enfría rápido, las zonas de alta presión tienden a transitar lento por la zona central del país y se incorporan en forma parcial al centro de alta presión semipermanente del Atlántico. Esto promueve estabilidad, frentes que pasan generando nubes bajas sin oferta de agua. Todo suma para mantener escasa la oferta de agua. Veremos como viene la segunda quincena de julio o si agosto comienza a dar señales más favorables. Por ahora, el escenario hídrico de la fina no es el mejor.