Un informe de la Fundación Libertad y Progreso en base a datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mostró que el Índice de Precios de las Exportaciones argentinas aumentó 2,1% mensual y 20,7% interanual en mayo, alcanzando su máximo histórico. Este nivel de precios es 23,7% superior al registrado durante el Boom de Commodities de 2011-2015.
PRECIO DE LAS EXPORTACIONES E IMPORTACIONES ARGENTINAS Índice Base enero 2004 = 100. Período enero 2004 – mayo 2022.
Fuente: Libertad y Progreso en base a INDEC.
El Índice de Precios de las Exportaciones e Importaciones argentinas mide la evolución de los precios de los bienes que Argentina vende y compra del exterior ponderados según los volúmenes comerciados. De esta forma, permite hacer una evaluación sobre la evolución de los precios que enfrenta el país en los mercados internacionales.
Las importaciones aumentaron, pero siguen por debajo de los valores de años anteriores
Por otro lado, se observa que las importaciones, si bien aumentaron, en cantidades están 10,0% por debajo de los niveles alcanzados en 2011 y 2017. Esto refleja la recuperación que hubo en el nivel de actividad económica tras la recesión de 2020 y como la economía se vuelve a aproximar a sus picos de producción previos.
PRECIO, CANTIDAD Y VALOR IMPORTADO Índice Base Enero 2004 = 100. Período enero 2004 – mayo 2022
Fuente: Libertad y Progreso en base a INDEC
En opinión del director de la Fundación, Aldo Abram, “Es notable que el gobierno hable de escasez de dólares cuando hemos tenido precios internacionales que hicieron que nuestras exportaciones superen las de los últimos 10 años. Si a eso se les suma que hubo una inundación, en la región y en el mundo, de moneda extranjera porque los bancos centrales emitieron muchísimo con motivo de la pandemia, queda claro que el problema no está afuera sino adentro.
Abram opinó que “es una pésima gestión del gobierno que está incentivando la huida de ahorros e inversiones de argentinos y extranjeros, cosa que empeorará con vientos internacionales que empezaron a ser adversos” y agregó que “el otro problema es que el Banco Central fija un precio máximo artificialmente bajo para el dólar y eso provoca que escaseen, al igual que cuando se lo hace con el aceite, aumenta la demanda y baja la oferta. Por lo tanto, está haciendo lo mismo que los supermercados para que no se le acabe lo que tienen en las góndolas y restringe la venta a uno por cliente. El BCRA dejó a gran parte de la demanda de la gente y las empresas fuera del mercado oficial y restringiendo el cepo cada vez más logra moderar la perdida de reservas. Esta tendencia se deberá profundizar a futuro, lo que tendrá tremendos costos para la economía y el bienestar de los argentinos”. Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dice que "Argentina está desaprovechando una oportunidad enorme. Los términos de intercambio actuales son aún mayores que cuando hablábamos del crecimiento a tasas chinas. No tener una macroeconomía ordenada, tener políticas proteccionistas y golpear permanentemente a la inversión y la producción nos cuesta caro”.
“Para colmo, nuevamente se coloca a las importaciones como el chivo expiatorio de nuestros problemas. Ya de por sí el volumen actual de importaciones actual no es muy diferente al registrado en 2017-2018, ni al del período 2011-2013. Pero además se olvida que las importaciones cumplen un rol fundamental para sostener la producción de las empresas e incrementar la competencia en los mercados argentinos. Para dar un número, 80% de las importaciones corresponden a bienes de capital, sus partes y bienes intermedios; es decir, insumos que se usan directamente en los procesos productivos”.
Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso señala que “el discurso que viene llevando el kirchnerismo en contra de las importaciones es la antesala a un nuevo ajuste del cepo cambiario. Dada la prácticamente nula acumulación de dólares en el primer semestre, con exportaciones récord, el BCRA tiene pocas opciones para acumular reservas en el segundo semestre que estacionalmente las exportaciones caen y los ingresos de dólares se reducen. Una de las opciones es devaluar el tipo de cambio para encarecer los bienes y servicios del exterior y abaratar los nuestros. La segunda opción, y la más probable, es la de restringir aún más las importaciones, pagando un costo en términos de actividad, pero evitando el fogonazo inflacionario que traería aparejado la devaluación del tipo de cambio oficial”.
Fuente: Libertad y Progreso