LLUEVE POCO EN TODA LA REGIÓN PAMPEANA

En esta época del año, es normal que las precipitaciones retrocedan a gran escala y por eso es muy importante, sobre todo para las zonas agrícolas del oeste, venir de un otoño con una provisión de lluvias al menos normal. Como hemos venido analizando, este otoño no ha procurado las precipitaciones habituales, condición muy potenciada en la provincia de CB y también en sectores de LP. A pesar de que el resto de la región pampeana, recibió mejores precipitaciones, en gran parte de la zona núcleo la demanda de precipitaciones es alta.

Volviendo al concepto inicial, este es un período del año, donde normalmente es difícil esperar compensaciones pluviales de importancia, en consecuencia estamos ante un escenario que complejiza el desarrollo de los cultivos de invierno. Desde hace casi un mes que no llueve, incluso en la franja este de la región pampeana, una persistencia en la escasez de agua que no hace más de dar señales poco favorables para el resto del trimestre frío.

Si tomamos en cuenta las reservas de humedad actuales y calculamos la demanda de precipitaciones para lograr que el primer metro de suelo alcance un nivel adecuado de humedad, podemos reconocer que estamos ante una situación compleja.

Una demanda de precipitaciones del orden de los cuarenta milímetros para la provincia de SF –por mencionar un caso- para las próximas dos semanas permite reconocer las complicaciones. Esto se vuelve mucho menos razonable de satisfacer si nos desplazamos a territorio cordobés. En estas dos provincias, los avances de las siembras se deben hacer con muchos recaudos, incluso en algunos sectores es aconsejable no sembrar. Estamos en una época del año en que las lluvias se alejan de acumulados que puedan resultar acordes con este nivel de requerimientos y si además vemos que los pronósticos de mediano plazo no plantean ningún tipo de auxilio, ya nos vamos a la primera quincena de julio sin mejoras que puedan generar algún manejo para poder avanzar con la fina.

El escenario es meno hostil para el núcleo triguero del sur. Todavía gran parte de esta región dispone de humedad y aun cuando tampoco se estén previendo precipitaciones para este sector, la demanda está claramente en línea con lo que puede ofrecer algún evento de estos meses de invierno.

Todo parece indicar que vamos a tener un trimestre frío pobre de precipitaciones, con lo cual estamos iniciando una campaña fina que tiene por delante un claro sesgo negativo en la disponibilidad de humedad. La transición hacia la primavera, deberá dar algo mejor para lograr revertir este patrón de humedad que se ha vuelto muy exigido y que puede condicionar la producción de no mediar un cambio favorable en el mes de septiembre.