En estos días, la pelota viene jugando en contra. Los precios de la soja, el aceite y la harina se negocian en baja.
El caso de China es un puntal negativo. Así también las recientes lluvias en EE.UU., no suficientes pero que cambian el humor del mercado.
La debilidad de la demanda china es la resultante de la parálisis en la actividad económica que registra el país a raíz de su estricta política para combatir el Covid.
En la jornada del lunes, la demanda china fue un elemento negativo a la hora de formar los precios.
Lo bueno de lo malo es que este cuadro puede variar de un momento a otro.
Lo que no puede variar en lo inmediato es la situación del dólar es un contexto de incertidumbre global que incentiva el famoso “flight to qualitiy”.
¿A qué nos referimos?
Apuntando a una reducción en la tasa de inflación, la Reserva Federal de EE.UU. dispuso el miércoles pasado la tercera suba de la tasa de interés del año. La inflación en EE.UU. ha llegado al 8,6% interanual en mayo.
Es un nivel alarmante; es el mayor desde diciembre de 1981.
Lo más relevante acá es que nadie aguardaba un incremento de tan gran dimensión. Se esperaba una suba de 0,5%. Sin embargo, la suba fue de 75 puntos básicos, la mayor alza en 28 años.
De esta forma, la ola global de aversión al riesgo ha acentuado su tamaño, empujando hacia arriba al dólar, que ha llegado a valores máximos frente a las demás divisas.
Con tasas de interés más elevadas en EE.UU., los capitales tienden a huir de los países emergentes hacia destinos más seguros, muy especialmente a EE.UU.
El cuadro que sigue muestra cómo desde febrero pasado el índice dólar no ha parado, prácticamente, de aumentar.
Evolución del índice Dólar (dólar vs principales monedas). Desde enero a la fecha.
Cuando el dólar se fortalece, el precio de los commodities agrícolas tiende a caer.
En este momento, la guerra en Ucrania diluye la baja de los precios.
Así las cosas, vale preguntarse si el panorama es grave para los precios. Puede ser que en lo inmediato lo sea, pero para un poco más adelante es posible que el cuadro mejore.
Se aprecian dos factores claramente a favor de los precios agrícolas.
La demanda por biocombustibles que día a día se fortalece. Y la resistencia a vender granos ante los pronósticos de calor en el hemisferio norte, donde EE.UU. no se salvaría de tal flagelo.
Veamos con mayor detenimiento.
El aumento de la demanda por biocombustibles es la resultante de la suba del crudo generada por el conflicto. Y nada alienta la esperanza de una pronta finalización de esta terrible guerra.
Evolución del precio del petróleo Brent a lo largo del último año. En dólares por TM.
Y la futura oferta granaria, en un contexto de problemas de producción y logística en la zona del Mar Negro, se ve amenazada por el excesivo calor y la debilidad de lluvias en las zonas agrícolas del hemisferio norte.
Es cierto que hubo precipitaciones. Pero no está claro el panorama.
Para colmo, el cuadro se agudiza cuando se toma en cuenta las reservas. Ha finalizado la campaña 2020/21 con bajas existencias de stocks en soja, y poco holgados en el caso del maíz.